La pena fue acordada en un juicio abreviado a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de Quilmes y recayó sobre N. C. (28), quien cumplirá la sentencia por el delito de «homicidio agravado por el uso de arma de fuego» con prisión domiciliaria por ser madre de una niña menor de 5 años.
«Mami, despreocúpate, que este hijo de puta la va a pagar, le voy a dar un escarmiento, se va a tener que ir de acá», recordó la madre de N.C. que esta le dijo el 22 de junio de 2021 al enterarse los abusos sufridos por sus hermanas menores.
La mujer policía declaró que ese día, mientras limpiaba su casa, ubicada en los fondos de la casa de su madre, en la localidad de Gutiérrez, partido de Berazategui, oyó el llanto desesperado de una de sus hermanas, por lo que fue hasta lo de su mamá para ver qué pasaba.
En esas circunstancias, la ahora condenada contó que sus dos hermanitas le confesaron, entre lágrimas, que el vecino al que llamaban «tío» abusaba de ellas.
«Ahi mi mente explotó y me agarró un fuerte dolor en el pecho y una angustia… tenía mucho dolor en el pecho y en ese momento recordé los momentos previos de mi infancia, donde (el mismo «tío») desde los ocho años hasta los 13 abusó de mi«, declaró la policía.
Según la efectivo, en aquel entonces no lo denunció porque se «encontraba amenazada por él» y le decía que la iba a matar a ella y a su madre.
«Salgo de la pieza de mi mamá y salgo corriendo a mi casa, agarro el encendedor, el alcohol, porque yo lo único que quería era quemarle las casilla, porque sabía que él no tenía otro lugar para vivir y él se iba a ir. Que siempre me amenazó, por eso llevé el arma, me la puse en la cintura y salí corriendo y en veinte segundos estaba ahi», relató sobre el momento del crimen.
Al llegar a la casa del vecino, éste no estaba y empezó a rociar la casilla con alcohol y luego la prendió fuego, pero antes de alejarse del lugar se encontró con el abusador.
«Me dice ´¿qué haces acá putita de mierda?´, y me empuja hacia adentro de la casilla (…) y empiezo a forcejear con él, ahí saco el arma que tenía en la cintura», indicó la policía y recordó que en ese instante él la volvió a insultar y amenazar.
«Empecé a temblar, mi mente estalló y empecé a efectuar disparos, precisamente dos o tres no recuerdo, y él huye y yo salgo corriendo atrás. Él se cae, intento levantarlo, veo sangre en la cabeza y estaba todo oscuro, porque no había luminarias», declaró la joven.
Según las fuentes, el vecino baleado, identificado como Lucio Larramendi, murió en el lugar y al llegar la policía, alertada por testigos, la efectivo entregó su arma reglamentaria y quedó detenida.
Si bien la defensa de la mujer planteó que actuó bajo emoción violenta, el juez Gustavo Farina sostuvo en el fallo que ese hecho «carece de apoyatura», por lo que no prosperó como atenuante, aunque sí valoró que la mujer tiene una hija menor de 5 años, por lo que la pena podrá cumplirla bajo la modalidad de prisión domiciliaria.