La Orquesta Sinfónica Nacional y los coros cautivaron con riqueza sonora y dramática. Además, un estreno de Guillo Espel, para trompeta y orquesta.
Durante un período crucial, comprendido entre marzo y mayo de 2020, en medio de la pandemia global, el compositor Guillo Espel dio forma a su Concierto para trompeta y orquesta. Este concierto se materializó en respuesta a un encargo específico realizado en 2019 por Fernando Ciancio, trompeta solista de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires.
Su estreno tuvo lugar en septiembre de 2021 bajo la dirección de Martín Fraile Milstein, frente a la Orquesta de Río Negro.
La interpretación de esta composición en su estreno en Buenos Aires, bajo la dirección del Maestro Gerardo Edelstein con la Sinfónica Nacional, destacó por la meticulosa exposición de su estructura y desarrollo temático, que atraviesa los diversos registros orquestales.
El Concierto para trompeta y orquesta se caracteriza por alternar secciones contrastantes, algunas de intensidad lírica y otras acentuadas por un énfasis rítmico vigoroso, complementadas con el uso de técnicas extendidas y efectos sonoros que enriquecen la paleta tímbrica.
Para culminar la primera parte de la velada, el trompetista presentó una amena versión para trompeta solista de la ampliamente conocida canción Somewhere Over the Rainbow.
Una composición monumental
La segunda parte del concierto estuvo consagrada al Te Deum de Hector Berlioz, finalizado en 1849.
La obra, caracterizada por su envergadura, fue mencionada por el autor en sus Memorias como ejemplo de «composiciones monumentales denominadas música arquitectónica o monumental».
Con una duración de casi cincuenta minutos, el texto se basa en el tradicional Te Deum en latín, con alteraciones en el orden de palabras para fines dramáticos.
Esta pieza es un símbolo de la reputación del compositor por su inclinación a la grandiosidad y apoteosis musical, dentro de una tradición revolucionaria francesa que enfatiza fanfarrias, conjuntos instrumentales y corales numerosos, y espectaculares escenografías.
En primer lugar, su magnífico órgano es digno de mención, proporcionando una dimensión única a la interpretación. Además, el amplio espacio permite una distribución óptima de la orquesta y los coros, dando origen a una experiencia sonora envolvente y rica.
La presencia y participación de los intérpretes, junto a sus directores -la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la batuta de Gerardo Edelstein, el Coro Polifónico Nacional dirigido por Antonio Domenighini, y el Coro Nacional de Niños bajo la dirección de María Isabel Sanz- fue otro de los factores clave que contribuyeron al éxito de esta interpretación.
La interpretación fue precisa, evidenciando la riqueza orquestal y cautivando con matices que abarcaron desde la exaltación hasta la reflexión. Destacó la sinergia entre la orquesta y el solista (el tenor Enrique Folger), que reveló una profundidad dramática excepcional.
Evidente resultó la meticulosa atención prestada a la comunicación efectiva de dinámicas. El minucioso trabajo de dirección logró un equilibrio hábil entre las voces corales, la orquesta y el órgano, permitiendo que las texturas y la diversidad de la composición se manifestaran con claridad.
El resultado sonoro evidenció una preparación rigurosa y un balance cuidadoso entre elementos musicales, culminando en una comunicación emocional efectiva. Así, se materializó una interpretación que resaltó la grandeza y complejidad de esta obra maestra coral y sinfónica.
Ficha
Te Deum y Concierto para trompeta y orquesta
Calificación: Muy bueno
Intérpretes: Orquesta Sinfónica Nacional, con dirección de Gerardo Edelstein; Coro Polifónico Nacional, con dirección de Antonio Domenighini; Coro Nacional de Niños con dirección de María Isabel Sanz Programa: Concierto para trompeta y orquesta, solista: Fernando Ciancio, trompeta. Te Deum, op. 22 (Hector Berlioz); solista: Enrique Folger, tenor. Miércoles 9 de agosto. 20, Centro Cultural Kirchner.
WD