El de Francia 2023 será un Mundial diferente. Estamos acostumbrados a que en este tipo de torneos haya uno o dos candidatos predeterminados, pero para este torneo hay claramente cuatro países muy firmes. El anfitrión, Nueva Zelanda, Irlanda y Sudáfrica son los que vienen demostrando que están en un nivel por encima de los demás. Hay un segundo grupo que englobaría a Australia, Escocia, Argentina, Gales e Inglaterra -más allá que no están en un buen momento-, y después están los equipos que vienen en franca levantada en el que están Italia, Fiji y Japón. Tampoco hay que perder de vista a lo que puedan hacer las selecciones del Pacífico como Samoa y Tonga, que se han reforzado muchísimo con ex jugadores de los All Blacks y los Wallabies lo que los vuelven muy competitivos.
Pero aprovechemos a desglosar lo que se verá en los 51 días que durará este Mundial. Es Sudáfrica el que tiene el mayor poderío en sus forwards, con un pack de 16 jugadores que están en un primerísimo nivel. Es un equipo tremendamente fuerte al que hay que agregarle un line y un maul descollantes, por momentos imparable. Su capitán Siya Kolisi es uno de sus principales baluartes y, paradójicamente dentro de un equipo que se basa en lo físico, es Cheslin Kolbe con sus 171 centímetros el que siempre tiene algo nuevo para mostrar.
Irlanda es el candidato natural de todos los fanáticos. Porque su regularidad en los últimos cuatro años ahí lo ubicó, lo que refrendó en cada partido con un rugby muy dinámico, bien de XV, en un excelente nivel. Será la experiencia de Jonathan Jeremiah Sexton una pata fundamental para poder transitar los momentos malos que puede tener un torneo de este tipo, y será clave el aporte que pueda entregar el wing James Lowe.
Francia, más allá de la localía que podría representar un plus, es un equipo con una gran defensa y con un poderío ofensivo basado en el desequilibrio de sus individualidades, que han sido muy regulares en el último tiempo. Antoine Dupont, desde el medio scrum, y Damian Penaud, que se convirtió en el tryman histórico de los galos en el último Seis Naciones, serán quienes marquen el ritmo de su equipo.
Nueva Zelanda es el equipo más completo de todos. Si bien viene siendo un poco irregular en los resultados los últimos años, su historial siempre lo ubicará en un lugar de candidato en un Mundial. Su principal fortaleza radica en el juego de contacto y el derivado de ese contacto. El apertura Beauden Barrett es sin duda quien marca el tempo del equipo, acompañado por la versatilidad de Rieko Ioane.
La alta expectativa de Los Pumas
Argentina tiene todo para ganar la zona y ganar todos los partidos, pero para nada hay que pensar que se trata de una zona accesible. Inglaterra no está pasando el mejor de los momentos, pero es un gran equipo con grandes jugadores, por tratarse de un debut mundialista creo que está 50 y 50 en las probabilidades. Después estará Japón que viene siendo el ‘cuco’ de muchos (en 2015 venció a Sudáfrica y en 2019 clasificó a la segunda ronda ganando dos partidos trascendentales), Samoa que más allá de los refuerzos de calidad mantiene la idiosincrasia de los equipos del Pacífico con su juego físico, y Chile en los papeles es el más débil por su estreno en una competencia de este tipo, pero llegará en su mejor versión y obligará a la Albiceleste a hacer las cosas bien sin subestimar.
De hecho, hay que resaltar que por primera vez en la historia Sudamérica tendrá tres representantes mundialistas. A la Argentina y la debutante Chile hay que sumar a Uruguay. lo que es producto del sistema de Alto Rendimiento que se armó en la región, con la creación de la actual Super Rugby América, un torneo de franquicias para los seis principales países. De ahí se desprende este hecho de dejar afuera a Estados Unidos y Canadá.
Va a ser un Mundial muy difícil, muy apretado. Seguramente va a haber varias sorpresas en los resultados, por lo que hay mucha expectativa de poder ver un gran torneo para todos los fanáticos de la ovalada.