Saúl Canelo Álvarez es, desde hace más de un lustro, el boxeador más taquillero del planeta. Esa condición quedará en evidencia nuevamente este sábado, cuando la colosal maquinaria publicitaria que orbita a su alrededor se ponga en movimiento para el combate en el que el mexicano expondrá sus cuatro cinturones de la división supermediano ante el estadounidense Jermell Charlo en el T-Mobile Arena de Las Vegas (ESPN transmitirá desde las 21). La contienda será la primera en la historia entre dos campeones indiscutidos (o casi) y la más marketinera del año, aunque no necesariamente la más atractiva, y servirá para resolver algunos interrogantes que se plantearon desde que se anunció la velada.
La primera duda surgió el mismo 30 de junio, apenas Premier Boxing Champions, la empresa con la que Álvarez había firmado unos días antes un contrato para la organización de sus siguientes tres presentaciones, comunicó quién sería el rival del pelirrojo en la primera de esas contiendas. La duda, elemental, tenía que ver con el nombre de pila del adversario. ¿Era Jermell o Jermall? No faltaban motivos para preguntárselo.
La opción primaria de PBC era un choque entre el púgil nacido en San Agustín, en las afueras de Guadalajara, y Jermall Charlo. Pero el invicto campeón mediano del Consejo Mundial de Boxeo no combate desde hace más de dos años, primero debido a una lesión en la espalda y luego a un “episodio grave e importante de salud mental”, según reveló Mauricio Sulaiman, presidente del CMB. Ante la imposibilidad de que Jermall pudiera ponerse en condiciones para semejante pleito después de una inactividad tan prolongada, surgió como alternativa Jermell, su hermano gemelo, campeón indiscutido de la división superwélter. Álvarez aceptó sin rechistar y estampó su firma.
Ahora el tapatío tendrá que responder otra pregunta que casi todos los analistas y fanáticos formulan desde hace tiempo: ¿está transitando la pendiente descendente de su carrera? Podría parecer prematuro pensarlo, teniendo en cuenta que tiene solo 33 años. Sin embargo, Álvarez acumula más de 60 combates en 18 años de carrera profesional (una cantidad inhabitual para un boxeador de elite en estos días), ha lidiado con lesiones que lo han condicionado y, sobre todo, ha mostrado una imagen opaca en sus últimas tres actuaciones: el traspié ante el ruso Dmitry Bivol y los triunfos por puntos frente al veterano kazajo Gennadiy Golovkin (en el tercer choque entre ambos) y el inglés John Ryder.
Canelo, que ostenta un récord de 59 victorias (39 antes del límite), 2 empates y 2 derrotas, alegó que en los duelos ante Bivol y Golovkin había convivido con una lesión en la muñeca izquierda, que arrastraba desde su enfrentamiento con Caleb Plant en noviembre de 2021 y que lo obligó a pasar por el quirófano en octubre de 2022. Y argumentó que, después de esa operación, tampoco había llegado en óptimas condiciones a la pelea con Ryder. Al parecer, ya no habrá excusas para el compromiso frente a Charlo.
En su última presentación, Canelo Álvarez superó por puntos al inglés John Ryder en Guadalajara. Foto: Henry Romero / Reuters.“El sábado verán un Canelo diferente”, anunció al llegar a Las Vegas el martes para su enfrentamiento ante un contendiente al que elogió: “Él es rápido, fuerte, inteligente y sabe moverse sobre el cuadrilátero. Conozco sus cualidades, pero ya me he enfrentado a peleadores de todos los estilos”. “La pelea que está enfrente de mí siempre es la más importante”, resaltó, para evitar hipótesis sobre potenciales adversarios futuros.
Porque no faltan quienes vaticinan una victoria y ya tejen escenarios conjeturales. Algunos proyectan que subirá nuevamente a las 175 libras para retar al ruso Artur Beterbiev, dueño de los cinturones del CMB, de la Federación Internacional de Boxeo y de la Organización Mundial de Boxeo, o para una revancha contra Bivol. Los que creen que permanecerá en las 168 libras lo piensan frente al estadounidense David Benavídez, campeón interino del CMB, o el cubano David Morrell, monarca regular de la AMB (que reconoce al mexicano como supercampeón). Los amantes del morbo imaginan a Jermall intentando vengar una derrota de su gemelo.
Canelo Álvarez expondrá por tercera vez sus cuatro cinturones de la división supermediano.Ni remotamente imagina ese escenario Jermell, quien, a los 33 años, afrontará el compromiso más desafiante de una carrera que comenzó hace 16 años e incluye 35 victorias (19 por la vía rápida), 1 empate y 1 derrota. “Quiero sacudir a los escépticos y demostrar al mundo por qué estoy en esta posición. Por algo llegué hasta acá. Voy a demostrar de qué estoy hecho. Todo lo que hice desde que tenía ocho años me lo juego ahora”, avisó el púgil nacido en Lafayette, pero radicado desde pequeño en Houston.
Más allá de su pertinaz optimismo, a contrapelo de los pronósticos adversos que arrecian en las casas de apuestas, Charlo deberá evacuar las dudas que lo sobrevuelan si aspira al batacazo. Una está asociada a su inactividad: su última presentación fue en mayo de 2022, cuando noqueó al matancero Brian Castaño y se quedó con las cuatro fajas de las 154 libras. Tras ello, programó un duelo con el australiano Tim Tszyu, monarca interino de la OMB, para enero de este año, pero un mes antes sufrió una fractura en la mano izquierda que lo obligó a cancelar el pleito. Habrá que ver cómo vuelve a un cuadrilátero después de la lesión y el parate.
¡KO KO! Brian Castaño cayó dos veces en el décimo round en California y Jermell Charlo es el dueño absoluto de la Unificación Absoluta superwélter. pic.twitter.com/TAc4oQg1sp
— SportsCenter (@SC_ESPN) May 15, 2022 La otra gran pregunta que se planteó antes de este combate, que puede transformarlo en el tercer campeón indiscutido en dos categorías en la era de los cuatro organismos (antes lo lograron Claressa Shields -superwélter y mediano-, entre las mujeres, y Terence Crawford -superligero y wélter-, entre los hombres), es cómo responderá Charlo a un ascenso de dos divisiones que implica un salto de 14 libras (6,350 kilos).
Un punto a favor del estadounidense es que enfrentará a un hombre que no tiene la contextura de un supermediano natural. De hecho, Charlo es más alto (1,83 metros contra 1,73), más corpulento y tiene mayor alcance (1,85 metros contra 1,79) que Álvarez, quien ganó su primera corona ecuménica en 2011 en la categoría superwélter y luego inició su ascenso. “La ventaja de Jermell es su tamaño. Hay que maximizar esa ventaja”, sostuvo Derrick James, el entrenador del aspirante.
El gemelo, que exhibió muy buena técnica y poder en su división de origen, deberá apostar a la movilidad y a la velocidad si pretende mantener enhiestas sus chances. Para su primera prueba en las 168 libras no parece un buen plan apostar al intercambio frontal con un rival que si bien no noquea desde que venció a Caleb Plant en noviembre de 2021, ya mostró capacidad para despachar categóricamente a púgiles mucho más grandes que él como el ruso Sergei Kovalev.
Jermell Charlo intentará convertirse en el tercer campeón indiscutido en dos categorías en la era de los cuatro organismos rectores del boxeo.Si la historia sirve para respaldar una ilusión, Charlo puede hallar ejemplos de boxeadores que subieron dos categorías y batieron a un coloso de la división en la que incursionaban. En diciembre de 2008, el filipino Manny Pacquiao, entonces campeón ligero del CMB, le propinó una inmisericorde tunda al ya veterano Óscar De La Hoya en un pleito encuadrado en la división wélter. Más lejos en el tiempo, Sugar Ray Leonard trepó de wélter a mediano para vencer a Marvin Hagler en 1987 y Michael Spinks escaló de semipesado a pesado para destronar a Larry Holmes en 1985.
Si bien el combate de este sábado fue vendido como el enfrentamiento entre dos campeones indiscutidos, un asterisco debe acompañar a esa presentación, puesto que Charlo presume de esa condición desde que venció a Castaño el año pasado, pero la perderá justo antes de que comience el pleito con Canelo. Ello se debe a que el estadounidense tenía pendiente un duelo obligatorio con Tim Tszyu, que no realizó. Ante ese incumplimiento, el australiano reclamó que se le quitara el título y la OMB improvisó una pirueta administrativa.
En una resolución emitida el pasado 3 de agosto, el Comité de Campeonatos del organismo con sede en Puerto Rico decidió sancionar la pelea entre Charlo y Álvarez, y permitir que el estadounidense suba al ring como campeón superwélter de la OMB y que sea anunciado de esa manera. Pero también resolvió que inmediatamente después de la presentación que Jimmy Lennon realizará sobre el cuadrilátero del T-Mobile y antes de que suene el primer campanazo, Jermell perderá esa condición, así como el carruaje de la Cenicienta se transformó en una calabaza después de la medianoche, y Tszyu será elevado automáticamente de monarca interino a regular. Como propone una canción que suelen entonar los simpatizantes de Newell’s, no traten de entenderlo.