Independiente quedó fuera de la clasificación a los play offs de la Copa de la Liga a pesar de tener los mismos puntos que Rosario Central que finalmente ocupó el cuarto puesto. La diferencia de gol determinó que el Canalla siguiera adelante y el Rojo terminara su recorrido en la fase regular, ya que los rosarinos contaron 17 goles a favor, contra 15 de los de Avellaneda.
Para lograr la clasificación, el conjunto que dirige Miguel Angel Russo pisó fuerte en Sarandí: fue 2-1 en un partido que no estuvo exento de polémica. Una polémica que afectó más a los hinchas del Rojo que a los del Viaducto.
El árbitro del partido, Andrés Merlos, y Fernando Espinoza, a cargo del VAR, fueron los apuntados. ¿Qué pasó?
Se jugaban 16 minutos de la segunda mitad y el marcador ya indicaba el 2 a 1 a favor del Canalla que luego sería el resultado definitivo, cuando Merlos le sacó una tarjeta roja directa al defensor Joaquín Pompo por un puñetazo en la cara de Ignacio Malcorra.
Merlos dictaminó que el local le dio un codazo en el rostro al número diez de Central y que, a pesar de la exageración del mismo, fue suficientemente violento para sancionar con tarjeta roja.
El VAR presentó dudas en la confirmación de la expulsión por la exageración de Ignacio Malcorra pero, ante la falta de cámaras más precisas que determinaran el golpe interpretado por el árbitro, aprobó la sentencia al futbolista del equipo de Mikel Arteta.
La revisión no recibió respuesta ante el pedido de «cámara de frente» y por eso le comunicó al juez que «todo lo relatado coincide».
El brazo extendido de Pompo golpea a la altura del pecho al rival y el jugador visitante se tira al piso tomándose del rostro, a pesar de que no fue agredido en dicha zona. Andrés Merlos no estaba cerca de la acción pero dictaminó, finalmente con el apoyo escaso de argumentos del VAR, que el equipo del Viaducto continuara los siguientes 30 minutos con 10 jugadores.