Faltaban 50 días para que Tadej Pogacar naciera cuando el italiano Marco Pantani subió al escalón más alto del podio del Tour de Francia el 2 de agosto de 1998, poco menos de dos meses después de haber ganado también el Giro de Italia, y se convirtió en el séptimo hombre en obtener las dos pruebas en la misma temporada. Veintiséis años más tarde, el esloveno sumó su nombre a ese selecto listado al sentenciar en Niza un triunfo que venía fraguando desde el inicio de esta edición, la 111ª, de la competencia de ruta más importante del ciclismo mundial. Lo hizo con una contundencia inusitada: minimizando a sus perseguidores, rivales laureados como el danés Jonas Vingegaard y el belga Remco Evenepoel, y rompiendo récords al andar -sin dejar montaña sin domar- para convertirse, con 25 años y 10 meses, en el tricampeón más joven de la historia de la Grande Boucle.
El italiano Fausto Coppi (en 1949 y 1952), los franceses Jacques Anquetil (1964) y Bernard Hinault (1982 y 1985), el belga Eddy Merckx (1970, 1972 y 1974), el irlandés Stephen Roche (1987) y el español Miguel Indurain (1992 y 1993) fueron los predecesores de Pantani y de Pogacar en esta proeza a la que tantos aspiraron. Pogi, de 25 años, la alcanzó el primer año en que participó en ambas pruebas y luego de una planificación especial que incluyó una cuidadosa reducción de carga de carreras y entrenamiento durante los últimos meses con el objetivo de llegar en plenitud a los dos desafíos.
Con victorias entre marzo y abril en la Strade Bianche, en la Volta a Catalunya y en la Lieja-Bastoña-Lieja, y el tercer puesto en la Milán-San Remo, el esloveno arribó a principios de mayo a Venaria Reale, en las afueras de Turín, para lanzarse a la aventura. “Todavía estoy lejos de conseguir el doblete. Sé que otros lo han intentado y han fracasado. Va a ser un trabajo arduo. Iremos paso a paso y esperamos poder lograrlo”, avisó dos días antes del inicio del Giro de Italia. El 26 de mayo terminó calzándose la maglia rosa en Roma tras haber ganado seis etapas y haber superado por casi 10 minutos en la clasificación general al colombiano Daniel Felipe Martínez.
Las cinco semanas que transcurrieron desde entonces y hasta la largada del Tour de Francia, el 29 de junio en Florencia, fueron de pura especulación acerca de las chances de Pogacar de lograr el doblete. “Di un paso adelante desde el Giro y estoy en mejor forma de lo que esperaba. Hice buenos entrenamientos, probé un poco las piernas y, para ser sincero, nunca me había sentido tan bien sobre la bicicleta”, avisó tres días antes de la largada. Cuando le tocó pedalear, ratificó durante 21 días eso que había experimentado.
Esta fue la tercera consagración del ciclista balcánico en el Tour. La primera la había logrado el 20 de septiembre de 2020, un día antes de celebrar sus 22 años de vida. Entonces se convirtió en el primer esloveno en conseguir esta prueba, en el segundo ganador más joven de la historia (Henri Cornet ganó la segunda edición, en 1904, con 19 años y 355 días) y en el segundo en calzarse los tres maillots: el amarillo de líder, el blanco como el mejor joven y el de lunares como el mejor escalador (Merckx lo había conseguido en 1969).
Tadej Pogacar ganó el Giro de Italia en mayo de 2024. Foto: Giuseppe Lami / EFE / EPA.En 2021, Pogacar repitió el éxito y los tres maillots, lo que le permitió, con 22 años y 300 días, transformarse en el bicampeón más joven en la historia del Tour, superando al belga Philippe Thys, quien en 1914 había logrado su segunda corona con 23 años y 291 días. En 2022 y 2023, debió conformarse con el segundo puesto, relegado en ambas ocasiones por el danés Jonas Vingegaard.
Estas no fueron las únicas marcas de precocidad que logró Pogi, quien nació en Klanec (25 kilómetros al norte de la capital Ljubljana) y tuvo su primer vínculo con el deporte a través del fútbol, pero descubrió el gusto por el ciclismo cuando tenía nueve años y comenzó a practicarlo en el club Rog Ljubljana, siguiendo los pasos de su hermano Tilen. En 2008 participó en su primera carrera, en Trstenik, y en 2009 logró su primera victoria en la subida a Krvavec.
Su ascenso se fue tornando vertiginoso. En 2016 fue tercero en el Campeonato Europeo junior y ganó el Giro della Lunigiana, uno de los eventos para jóvenes más importantes del mundo. En 2017 debutó como profesional y se quedó con el Tour de l’Avenir (El Tour del Futuro), el equivalente a una versión B del Tour de Francia, además de conseguir el campeonato esloveno de ciclocross. Sus logros llamaron la atención de los principales equipos del mundo, entre ellos el UAE Team Emirates, que lo incorporó en 2019.
Tadej Pogacar obtuvo el Tour de California en 2019 con solo 20 años y 239 días.En su primera temporada en la escuadra emiratí, debutó con una victoria en la Volta ao Algarve en febrero y en mayo se quedó con el Tour de California, lo que lo convirtió en el corredor más joven en obtener una prueba por etapas del UCI World Tour (tenía 20 años y 239 días cuando lo logró). Como si fuera poco, en su estreno en una de las tres Grandes Vueltas del ciclismo mundial, la Vuelta a España, consiguió tres etapas, terminó en el tercer puesto de la general y ganó el título de corredor joven.
Con esos antecedentes alcanzó en 2020 su primera victoria en el Tour de Francia, que fue seguida por triunfos en varias pruebas por etapas como la Tirreno-Adriático (en 2021 y 2022), el Tour de Emiratos Árabes Unidos (2021 y 2022) y la París-Niza (2023), y también en competencias de un día como la de Lombardia (2021, 2022, 2023), la Lieja-Bastoña-Lieja (2021 y 2024), la Strade Bianche (2022 y 2024), la Ronde van Vlaanderen (2023), la Flecha Valona (2023), la Amstel Gold Race (2023) y el Grand Prix de Montreal (2021).
Esta extensa cadena de victorias transformó a Pogacar en una estrella de un deporte que además le permitió conocer a quien hoy es su pareja, Urska Zigart, también ciclista profesional que representa al equipo australiano Liv AlUla Jayco en las pruebas del UCI Women’s WorldTeam, la máxima categoría femenina del ciclismo en ruta a nivel mundial. “Ella es una gran ayuda para mí. Sin ella, no sería capaz de hacer lo que hago: me hace la vida más fácil sobre la bicicleta, me entiende como profesional, me apoya y a veces deja de lado sus propios objetivos para apoyarme. Intento corresponderle siempre que puedo”, contó el esloveno en marzo.
Tadej Pogacar junto a Urska Zigart, su pareja, quien también es ciclista profesional.La relación con Zigart lo llevó a profundizar su vínculo con el ciclismo femenino, del cual se reconoce como un fanático y un defensor a ultranza. “Me encanta ver el ciclismo femenino. Es más complicado y más interesante que el masculino. Hay más ataques, nunca se sabe qué va a pasar y creo que eso lo hace muy, muy divertido de ver”, aseguró el multicampeón.
El próximo reto para Pogi será la prueba de ruta de los Juegos Olímpicos de París, que se llevará a cabo el sábado 3 de agosto. Como parte del poderoso equipo esloveno, que también integrarán Luka Mezgec, Matej Mohoric y Jan Tratnik, intentará conseguir su segunda medalla y la primera de oro. En Tokio 2020 terminó tercero detrás del ecuatoriano Richard Carapaz y del belga Wout Van Aert. Así le dio la primera presea en la historia al ciclismo de su país.
Los récords de Pogacar en este Tour de Francia
Pogacar avisó que estaba para hacer historia en este Tour de Francia en la segunda etapa. La subida a San Luca, en tierras italianas, la completó con un tiempo de 5m27. Fueron 11 segundos más veloz que lo que había hecho Roglic en el Giro dell’Emilia en 2019.
En la cuarta etapa volvió a marcar la pauta en el ascenso al Galibier. Pogacar, en los últimos 8 kilómetros y medio de la subida detuvo los cronómetros en 20m48. El tiempo, por sí solo, no dice nada. Pero ese registro es un minuto y 33 segundos más veloz que el había logrado Nairo Quintana, hasta entonces inalcanzable.
El esloveno también se lució en la subida al Col de Pertus, en el Macizo Central. Completó el ascenso de poco más de cuatro kilómetros en 12m04. Fue casi dos minutos menos que el anterior registro de 2016.
Como si todo eso fuese poco, en la etapa 14, en Pla d’Adet, asombró al recorrer la subida de 10,6 kilómetros -con un 7,9% de pendiente- en 25m08. Ese tiempo fue dos minutos más rápido que la anterior marca de 2001.
Y si esa faena había dejado a propios y extraños boquiabiertos, al día siguiente no se tomó descanso y en Plateau de Beille, unió los 15,8 kilómetros finales a pura subida, con otro 7,9% de desnivel, en 39m58. Ese tiempo pulverizó la plusmarca anterior, que estaba en manos de Pantani, justamente, quien en 1998 había subido el puerto en 43m28. Sí, impresionante. Y todo sin contar que este domingo completó su tarea al quedarse con la contrarreloj que hizo las veces de última etapa.