Es, era, jamás ejerció o poco, muy poco, de ‘polizia’. Danilo Petrucci, que pronto cumplirá 34 años, es el único piloto capaz de ganar, como poco una carrera, una etapa, en MotoGP, SBK, Dakar y MotoAmérica.
“¿Qué se puede decir de Danilo?”, se pregunta el italiano Alberto Vergami, el hombre que no se separa de Petrucci, ‘Petrux’, el único piloto capaz de ganar un GP de MotoGP, un GP de MotoAmérica, un GP de Superbikes y una etapa del Dakar. El único. “¿Qué hay que decir de Danilo?”, repite nuestro hombre, “pues que, en un mundo donde las redes sociales, la imagen, el exceso, lo fácil y la apariencia, la de ‘Petrux’ es la victoria de la normalidad sobre todo eso y más. Danilo es un ser humilde, sencillo, trabajador, muy trabajador y un piloto genuino, amigo de todo el mundo. Un ser que no le quiere mal a nadie”.
Petrux es, por encima de todo, una buena persona, un piloto honesto, educadísimo, simpático, muy simpático y tremendamente gentil. “Danilo, simplemente no se detiene”, cuenta el fotógrafo Alex Farinelli, otro amigo del alma del piloto de Termi (Italia), que un día de estos, ya mismo, cumplirá 34 años. “Es un ser único, que lucha cada segundo, cada minuto, cada hora del día para demostrar lo que vale. Esforzándose por ser mejor de lo que fue el día anterior, mostrándole al mundo de que pasta está hecho”.
“Casey Stoner me enseñó que no hay que protestar, que nunca debes quejarte y que hay que dar en la pista todo lo que tienes, tengas el material que tengas. Stoner siempre me decía: ‘da lo mejor de ti con lo que tengas en tus manos’”, comenta Petrucci, después de pasar a la historia, casi, casi, sin querer. Porque jamás tuvo la intención de ganar en cuatro especialidades diferentes, cierto, MotoGP, SBK y MotoAmérica son motos gordas, sí, pero hay que estar ahí y ganar. Y vencer en el Dakar, que no tiene nada que ver con la velocidad, ya es de auténtico héroe.
«En un mundo donde las redes sociales, la imagen, el exceso, lo fácil y la apariencia son lo primordial, la de ‘Petrux’ es la victoria de la normalidad sobre todo eso y más»
Alberto Vergami
— El hombre que jamás se separa de Danilo Petrucci
“Yo no diré ¡jamás!, por Dios, que a los demás les han regalado victorias o títulos, no, no, por favor, pero sí puedo afirmar y eso en el ‘paddock’ de cualquier competición lo defiende todo el mundo, que a ‘Petrux’ jamás le han regalado nada”, sigue contando Vergami. “Todo lo que ha ganado Danilo ha sido por su compromiso, dedicación, determinación, coraje y sudor. Danilo es de los corredores del ‘sí, pero como sea’, es decir, cero excusas”.
Todo empezó cuando ganó, en MotoGP, con Ducati, en Mugello, en 2019. “Esa sí fue una victoria única”, cuenta Petrucci, que, en aquella proeza, superó al mejor Marc Márquez y a Andrea Dovizioso. Aquel día fue apoteósico para ‘Petrux’, hijo del chófer del ‘motorhome’ de Loris Capirossi y, por tanto, habitante del ‘paddock’ de MotoGP desde los tres años. Se coronó en casa, con Ducati, derrotando al mejor de la historia.
Aquel día de 2019
“Aquel día” cuenta Vergami, “Márquez me demostró lo gran piloto que es pero, sobre todo, lo excelente persona que es. No solo reconoció que ‘Petrux’ le había derrotado, sino que le elogió y animó a seguir peleando por sus objetivos. Su comportamiento fue hermosísimo”. Quién sabe, tal vez por eso, Petrucci se vio obligado a pedirle perdón cuando, ya en el podio, los hinchas italianos pitaron tremendamente a Márquez.
“Acerqué mi boca a su oído derecho y le pedí disculpas por lo que estaba pasando”, cuenta Petrucci. “Yo, en ese momento, estaba borracho de felicidad, de alegría, pero le pedí disculpas porque me sentía ciertamente avergonzado de lo que estaba ocurriendo”.
«Cuando, en 2019, logré mi primera victoria en MotoGP, en casa, en Mugello, por delante de Márquez y ‘Dovi’, subimos al podio y el público pitó muchísimo a Marc. Me acerqué a su oído y le pedí disculpas, Yo estaba borracho de alegría, pero me sentí avergonzado»
Danilo Petrucci
— Ganador en MotoGP, SBK, Dakar y MotoAmérica
Luego vino el Dakar, con KTM, y, a continuación, MotoAmérica y, finalmente, la victoria en SBK, en Cremona (Italia). “El mundo del Dakar es completamente diferente a MotoGP. No se puede comparar el ambiente del vivac con el del ‘paddock’ de MotoGP. Me encanta el ‘paddock’ de MotoGP, pero en el Dakar hay una sensación de unión muy fuerte”.
‘Petrux’, que reconoce que el día que ganó la etapa del Dakar un comisario le dijo “¡número 1!” y él, que no tenía idea de que había ganado, le replicó “no, no, mi número es el 90”, cree que en MotoGP todo se hace a 300 kms/h., al sprint, pero en el Dakar “te pasas muchos días encima de la moto y el peligro es constante. Una caída a tan sólo 20 km/h puede tener ya consecuencias graves. No hay margen de error. Pero tampoco existe el día perfecto en el Dakar. Cuando recorres cientos de kilómetros, es inevitable cometer algún error. La sensación de miedo es permanente”.
Petrucci considera que MotoGP es muy divertido “si puedes pelear por el podio”, pero reconoce que dejó el gran Mundial “porque necesitaba algo totalmente diferente para intentar encontrar un buen equilibrio entre rendimiento y placer”. Y, cuando decidió probar suerte en Estados Unidos, sintió también la misma sensación de reto. “Eso sí, Estados Unidos siempre me ha fascinado. No sé, tienen una manera de afrontar el deporte distinta a todos. Ellos son puro espectáculo, en todo. Era un desafio, quería probar, saber, palpar qué era correr allí. Siempre he sentido debilidad por ese país, sí”.
Petrucci, como todos los grandes pilotos y campeones, se ha hecho mucho daño. La última vez, el pasado año, cuando sufrió un accidente practicando motocross, justo al iniciar un gran salto. “Me rompí algunos dientes, la mandibula en dos partes, la clavícula y el omoplato derecho y, la verdad, creí que no me podría recuperar”.
Pero ‘Petrux’ es pura roca, tal vez por eso superó, con creces, las pruebas que realizó, cuando tenía 20 años, para ser miembro de ‘Fiamme Oro’, el grupo deportivo de la policía italiana. Así que cuando el gran Danilo Petrucci, único cuando se trata de ganar sobre cualquier cosa que tenga dos ruedas y un motor (“lo más potente posible”), le dé el alto, usted se detiene. Y le pide un autógrafo. No se preocupe, él mismo hará el ‘selfie’.