Como era de esperar, al Gobierno de Javier Milei se le empezó a desmadrar la relación con los formadores de precios desde el momento mismo en el que intentaron pedirles colaboración para aplacar aumentos post devaluación. En este caso, y según confiaron a Página I12 fuentes del sector, habrá en lo inminente un problema con el abastecimiento de un producto central en la mesa de los argentinos: el aceite comestible. Es que en las últimas horas, a contramano de los pedidos oficiales, tres grandes firmas del sector se le plantaron al ministro de Economía, Luis Caputo, y se negaron a vender el producto a un precio más bajo.
La referencia es para Aceitera General Deheza, Bunge y Molino Cañuelas, que les comunicaron a los supermercados y comercios barriales que no se bajan de las listas con 9 por ciento de incremento que mandaron la semana pasada. “Es a este precio o no hay entregas”, precisaron en las comunicaciones informales. El problema es serio porque, entre las tres, manejan el 60 por ciento del mercado del aceite y hoy, ante su intransigencia, el consumo está abastecido de manera forzada por lo que pueda vender Molinos Río de la Plata, que sí aceptó suspender las listas con aumentos del 12 por ciento y está vendiendo al precio anterior a la devaluación.
En el sector retail aseguran, de todos modos, que con lo que vende Molinos no alcanza para proveer de manera fluida a los comercios, por lo cual se especula con que, con las existencias actuales del producto, podría empezar a haber faltantes en un plazo no mayor a 7 o 10 días. Esto, además, se aplica de maneras diferentes: por caso, los hipermercados pueden aguantar ese plazo sin comprar, pero los comercios chicos están obligados a comprarles a un valor más caro, teniendo que trasladar al consumidor precios en un mercado de consumo que no soporta más caídas en las ventas.
Hasta este momento, Caputo, que está en modo control de precios a la vieja usanza, había logrado que Molinos y la multinacional Unilever suspendan de manera temporal los aumentos, pero el resto de las marcas siguen en rebeldía, con las aceiteras en pie de guerra. Es que la mayoría de las empresas observan que el dólar tendrá una escalada y que este no es el valor de equilibrio, por lo cual deciden adelantarse a una devaluación más fuerte que consideran inminente. Otros ejemplos: Ayudín aumentó 5 por ciento y no bajó los precios, y lo mismo ocurrió con SC Johnson y algunas de las empresas de bebidas gasesosas.
En los aceites, las que sólo aceptan vender con 9 por ciento de aumento tienen, además, productos de precios más bajos. Salvo el aceite Natura, que lo fabrica AGD, el resto (Legítimo, de Bunge; y Cañuelas, de la firma de ese nombre) son productos más accesibles, es decir, los más demandados por el público. El caso de Cañuelas, la empresa de los Navilli, también tiene el 23 por ciento del mercado de farináceos, produce los bizcochos 9 de Oro y está en un proceso de cuasi concurso con deudas con el Banco Nación.
Los reportes muestran quién gana
Como viene relatando este diario, el desborde de precios en supermercados se dio en la previa a la devaluación y, también en el post. “Como respuesta anticipada a este nuevo contexto macroeconómico, se registraron incrementos generalizados en productos básicos de la canasta alimentaria”, destacó el trabajo, Y agregó que esto se da “particularmente en aquellos de alta rotación y consumo popular. Estos ajustes de precios, realizados en ausencia de una variación efectiva en el tipo de cambio,se interpretan como remarcaciones preventivas, es decir, modificaciones unilaterales de precios por parte de las empresas proveedoras en previsión de una posible devaluación”, destaca un trabajo del Centro de Estudios Mariano Moreno (Cesop). Ese mismo informe detectó, además, que luego de la apertura del cepo siguieron las alzas.
La entidad midió las variaciones registradas al comparar los precios relevados en la semana que va del 7 de abril al 21 del mismo mes, es decir, una medición muy reciente. El informe se tomó en base a precios de los grandes supermercados ¿Qué encontraron? En harina 000, las subas fueron del 6,16 por ciento, en cerveza del 4,85, y en café del 5,23 por ciento. Asimismo, el pan de mesa aumentó 4,41 por ciento, la manteca un 4,08 por ciento, los aceites un 5 por ciento y la leche entera en sachet un 3,44 por ciento.
El caso aceites muestra que, aún antes de mandar las listas del 9 por ciento de aumento que no quieren retrotraer, ya habían subido los precios por encima de la inflación general. Lo mismo ocurre en otros productos, que observan que deben recomponer precios aún en un contexto de caída en las ventas. Horas atrás, la consultora Nielsen IQ dio a conocer un trabajo en el que confirma que, en marzo, el consumo masivo cayó 5,4 por ciento, cayendo la venta de alimentos un 4,5 por ciento. De aquí en adelante, además, la perspectiva no parece mejorar, según cuentan los mismos comercios.