La tendencia se repite: el ejército libertario de Javier Milei, que luce intimidante en las redes sociales, no puede sostener la misma furia en la vida real. Son los encargados de instalar temas y agredir a la víctima de turno sin piedad cuando están detrás de una computadora o un celular. Pero en la calle no han tenido la misma suerte.
Van a marchas opositoras para salir espantados; son insultados y no pueden responder por las agresiones que vertieron en redes. Muchos los empezaron a tomar de punto y se divierten con las reacciones cobardes en la calle, que contrastan con la ira que desatan en Twitter. Y lo peor: son los propios compañeros libertarios los que empiezan a echarles en cara tanto amilanamiento: “Nos hiciste quedar como seres sin testosterona”, le reprocharon militantes libertarios a uno de ellos.
Para colmo, los militantes opositores se les animan cada vez más. “Libervirgos”, los llaman con sorna. Es una palabra que hacen tendencia cada vez que uno de los trolls del Presidente se enfrenta a un hecho de la vida real y huye despavorido.
La última.
Algo así le sucedió a Iñaki Gutiérrez, el encargado del Tik Tok de Milei, en su último viaje a Misiones. Fue parte de una comitiva de campaña que encabezaron la hermana Karina Milei y Martín Menem, en la que debían hacer un acto en Oberá. Sin embargo, las cosas se salieron de control: una dura protesta de yerbateros obligó a suspender las acciones de campaña.
Pero la peor parte se la llevó Gutiérrez. Porque el influencer libertario quedó en medio de la protesta, recibió insultos y, a pesar de que estaba rodeado de custodia oficial, no pudo disimular su cara de susto. Se hizo meme y tendencia al instante. “¿Qué te pasa, porteño? Esto no es Buenos Aires”, le gritaban. Los insultos se reprodujeron en redes.
No faltaron las comparaciones. Es que Gutiérrez tenía, incluso, fotos con armas que subía a Instagram y es otro provocador nato de las huestes del Presidente. Pero en la vía pública la cosa cambia.
Misiones es uno de los sitios que Milei ni siquiera visitó en campaña. Y Gutiérrez, uno de los laderos preferidos del Presidente, la suele usar de ejemplo para explicar el fenómeno libertario: “Es una de las provincias a las que no fuimos del interior profundo y ganamos PASO y generales. En el balotaje sacamos 58 por ciento”, explica. Todo era mejor de manera virtual, porque en su primera incursión a la provincia yerbatera la pasó muy mal y fue el hazmerreír de todos.
Los otros.
La imagen del youtuber libertario Fran Fijap huyendo de la multitud en el Congreso luego de ser agredido por manifestantes se transformó en un símbolo del contraste que se genera entre la violencia verbal que estos influencers desparraman en las redes sociales y lo que les está pasando en la vía pública.
“Zurdos de mierda, van a correr”, había escrito el joven youtuber. Pero la multitud que reclamaba por una ley de financiamiento universitario se sintió provocada por el libertario y se le fue encima. Fijap corrió. Y terminó siendo escoltado por la policía.
Las fuerzas de seguridad también lo salvaron de recibir una paliza al influencer Marco Palazzo. Otro de los trolls presidenciales de estilo provocador que también se metía en marchas opositoras para provocar. En enero, se infiltró en una asamblea LGBTIQ+, convocada para manifestarse en rechazo a “las políticas de odio de Milei”. El militante libertario, de conocidas declaraciones en redes alentando al nazismo y negando la soberanía sobre Malvinas, entre otras cosas, no fue bien recibido. Lo echaron del lugar y debió ser custodiado por Policía de la Ciudad.
Tiempo después, Palazzo sería excomulgado de Las Fuerzas del Cielo, que empiezan a ver con vergüenza cómo sus influencer no pueden bancar en el cara a cara la furia que engendran en redes.
El primero de estos casos fue el de La Pistarini, el influencer Juan Carlos Siber Guerrero, quien insultó por Twitter al cantante Dillon durante un vuelo comercial. Minutos después, el artista, a quien le hicieron llegar la provocación, lo fue a buscar a su asiento. Y el influencer arrugó.
Fue la primera muestra de debilidad del ejército troll de Milei que, como el mismísimo Presidente, insulta a mansalva por redes. La violencia engendra violencia.