Una mujer de la provincia de Salta fue condenada a prisión perpetua este lunes tras ser encontrada culpable de asesinar a golpes a su hijo de 11 años, que murió en agosto de 2023 tras sufrir un traumatismo de cráneo cuando se encontraba en su casa.
Aunque Lidia Raquel Cardozo sostuvo su inocencia hasta la última jornada del juicio en la capital de Salta, los jueces Leonardo Feans, Martín Pérez y Francisco Mascarello hicieron lugar al pedido de prisión perpetua formulado por el fiscal Santiago López Soto, de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas.
Según informaron medios de Salta, Cardozo fue encontrada culpable por los delitos de homicidio calificado por el vínculo y lesiones leves calificadas por el vínculo en perjuicio de su hijo de 11 años, Guillermo Leonel Francia, que murió el 31 de agosto de 2023.
La defensa de la mujer pidió que se la absolviera por el beneficio de la duda, o bien que se le diera una pena atenuada por el concepto de “emoción violenta”. Pero la justicia falló a favor del pedido de la fiscalía y además dispuso su registro en el Banco de Datos Genéticos.
Cardozo vivía con su hijo en el barrio Solidaridad, ubicado en el sudeste de la capital provincial. En su relato ante la justicia, la mujer afirmó que aquel 31 de agosto notó que había manchas de sangre en su casa pero pensó que eran de su perra, que estaba en celo.
En realidad, el que estaba herido de gravedad era Leonel, quien eventualmente fue trasladado, ya inconsciente, al hospital Papa Francisco, donde se confirmó su muerte por una lessión punzopenetrante en su cráneo.
Durante el juicio tres testigos describieron varias instancias de maltrato infantil que vivió Leonel: desde sus respectivos hogares podían oír desde los pedidos de perdón del nene hasta los insultos de una mujer, a la que identificaron como su madre, pasando por el sonido de un cinto usado de látigo.
Entre los relatos escuchados en la Sala I del Tribunal de Salta una mujer detalló que había visto marcas en el cuerpo de Leonel consistente con esos cintazos, y que alguna vez escuchó una de esas palizas cuando fue al corralón que Cardozo tiene en el barrio donde ambas viven.
Otro de los testigos fue un hombre que reveló que él y sus padres cuidaban de Leonel cada desde que era bebé, pero que cuando el nene tenía siete años su madre empezó a aislarlo de ellos, informó el medio El Tribuno de Salta.
Las veces que el hombre encontró a Leonel por el barrio notó lesiones en su espalda, piernas, manos y brazos, pero el nene siempre explicaba que eran moretones producto de caídas de la bicicleta.
El tercer testigo fue el vecino de la casa de Cardozo, que dio cuenta del control abusivo que la mujer mantenía sobre su hijo, al punto tal que una vez lo vio llorando con dos de sus primos mayores tras recibir una paliza en su casa y la madre de los otros chicos -tía de Leonel- le explicó que había hecho una denuncia por maltrato infantil.
Pero esa denuncia, si existió, ni prosperó a tiempo para evitar la muerte de Leonel.
Embed