Racing no tuvo su mejor versión ante Platense este lunes y se tuvo que conformar con un empate ante el Calamar, en el Cilindro de Avellaneda. La Academia buscaba sumar tres puntos para trepar en la tabla de la Liga Profesional de Fútbol (LPF), pero los de Vicente López incomodaron a los dirigidos por Gustavo Costas y la alegría por la clasificación a las semifinales de la Copa Sudamericana duró poco.
Fue el mismo entrenador del conjunto de Avellaneda quien en conferencia de prensa post partido explotó y acusó a los medios de querer desestabilizar a su equipo.
«El que inventó eso es un reverendo hijo de puta. No se pueden inventar esas pelotudeces», comenzó diciendo Costas, muy enojado por las versiones de una interna en el vestuario del conjunto de Avellaneda en los días previos al partido contra Boca.
Racing había perdido con Atlético Tucumán en condición de visitante y tras aquel partido fue el arquero Gabriel Arias quien reclamó más compromiso de todos los jugadores, en lo que pareció ser un reclamo a sus propios compañeros. En ese momento, el colombiano Roger Martínez hizo un posteo que también fue leído como una reacción a los dichos del 1.
«Fuimos tapa dos veces en la semana en un diario en el cual nos costaba salir en la tapa, inventan cosas. Ni cuando salimos campeones del mundo estuvimos dos veces en tapa«, ironizó el DT, sin mencionar a quién hacía referencia.
«Decían que el vestuario estaba en llamas. Quisieron desestabilizarnos. Me dolió mucho«, agergó el entrenador de 61 años.
La razón de las durísimas declaraciones del DT vienen a colación de las distintas versiones periodísticas sobre una interna dentro del vestuario, con jugadores divididos y a su vez, los malos resultados en el torneo local.
Si bien Racing está en semifinales de la Copa Sudamericana, donde le tocará cruzarse con Corinthians de Brasil, en el torneo local la realidad viene siendo distinta. La Academia quedó a 12 puntos de Vélez, que debe un partido y cierra la fecha ante Rosario Central. El sábado próximo recibe al Fortín en Avellaneda, en lo que puede ser su última chance de soñar con el título.