La Copa del Mundo de Rugby que comienza mañana viernes será escenario de algunas peculiaridades producto de las reglas específicas de este deporte pero también con la historia, rica y a veces complicada, de algunas de las naciones participantes. El haka, la ancestral danza guerrera maorí que interpreta la selección de Nueva Zelanda antes de cada duelo se ha convertido en uno de los momentos favoritos del rugby mundial y hasta de los aficionados del deporte en general. Pero, ¿qué significa?
Entre las múltiples danzas de guerra de los pobladores originarios del país, los All Blacks solían utilizar «Ka mate» (que aparentemente data de comienzos del siglo XIX), aunque desde 2005 han optado más por «Kapa O Pango», una composición contemporánea. Otros selecciones isleñas del Pacífico como Samoa o Tonga también han adoptado danzas guerreras tradicionales que interpretan antes de cada partido.
Irlanda es la única selección internacional que incluye a jugadores de dos entidades políticas diferentes, la República de Irlanda e Irlanda del Norte (una de las naciones que integran el Reino Unido junto a Inglaterra, Escocia y Gales). Por ello, antes de cada partido internacional suenan dos himnos por Irlanda: el de la República («La canción del soldado») y otro, («La llamada de Irlanda») que fue encargado en 1995 por la federación de rugby que agrupa a toda la isla para tener una música que representara también a los jugadores de Irlanda del Norte.
Reglas de Nacionalidad
El rugby es uno de los deportes con reglas de nacionalidad más flexibles, lo que hace que muchos jugadores compitan por países en los que no han nacido ni se han criado, aunque las reglas son complicadas e implican también al rugby de siete jugadores.
Así, un rugbista puede jugar por otro país si ha vivido en su territorio durante un cierto tiempo (el período varía si es de forma consecutiva o intermitente) o si tiene antepasados directos (padres o abuelos) nacidos allí.
Incluso los jugadores que ya han jugado por una selección pueden hacerlo por otra con varias condiciones, una de ellas no haber jugado a nivel internacional durante 36 meses y haber nacido o tener padres o abuelos de su nuevo país.
Así, buena parte de los integrantes de las selecciones de Escocia e Irlanda no han nacido en el territorio al que representan, pero son hijos o nietos de migrantes o han residido allí durante el tiempo requerido.
Por ejemplo, la selección de Irlanda, actualmente la primera en la clasificación mundial, tiene entre sus estrellas a jugadores nacidos en Australia (Bundee Aki, Jamison Gibson-Park y MacKenzie Hansen), Nueva Zelanda (James Lowe) o Suráfrica (Josh van der Flier), por citar solo a algunos.
Michael Cheika, la flexibilidad llega también al puesto de entrenador
Y es que el técnico argentino, el australiano Michael Cheika, lo es también de Líbano (aunque este país no se clasificó para el mundial).
Cheika llevó a su país al subcampeonato en la Copa del Mundo de 2015, año en el que fue nombrado mejor entrenador mundial. Fue nombrado entrenador de Líbano (el país de origen de sus padres) en 2020, y en 2022 fue reclutado para dirigir a Los Pumas argentinos pero negoció no dejar su puesto con el país de Oriente Medio.