23 julio, 2025

Actividad económica: una meseta recesiva llegó para quedarse?

El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) registró en mayo una suba de 5% en la comparación interanual y una caída de 0,1% respecto a abril en la medición desestacionalizada, de acuerdo con lo informado este lunes por el INDEC. Así, el índice se mantuvo estancado desde febrero y la dinámica de 2025 es errática, con dos meses de crecimiento, uno de caída y dos de estabilidad. Hacia adelante, los economistas esperan se mantenga este sendero y que la economía se amesete entre subas y bajas mensuales. Esto sin contar el impacto que puede llegar a tener la suba de las tasas de interés, que acentuaría aún más este comportamiento y profundizaría el estancamiento.

Si bien el indicador en los primeros cinco meses del año acumuló un aumento del 6,1% respecto al mismo periodo del año pasado, y el nivel general ya recuperó la pérdida de 2024 al instalarse al 3,5% por encima de 2023, al interior es heterogéneo, traccionado principalmente por agro y petróleo, mientras que industria y construcción están abajo.

“A nivel sectorial el crecimiento está tirado por el agro (+27% vs 2023) y minas y canteras (petróleo) +12%. En cambio, los sectores mano de obra intensivos vinculados al mercado interno siguen en rojo: industria -9% y construcción -14% contra 2023. Comercio (otro sector intensivo en empleo) que había cerrado 2024 1% por debajo de 2023, ya está empatado (0%). La apertura importadora y la apreciación cambiaria explican esta contraposición y moldean el patrón de crecimiento”, explicó el grupo de estudios económicos del Banco Provincia.

El índice adelantado de actividad de Equilibra arroja un alza de 6,5% interanual en junio y de manera desestacionalizada se inmovilizó con una variación del 0%, lo cual refuerza la dinámica de estancamiento. “Según nuestro anticipo, en el sexto mes del año la actividad seguiría estancada en niveles similares a los de mayo y abril, que a su vez son similares a los de febrero. Sin embargo, dado que marzo tuvo una caída fuerte (-1,7% mensual), en el segundo trimestre de 2025 la economía crecería 0,8% contra el primer trimestre”, destacó el economista de la consultora Gonzalo Carrera.

“Después del rebote poscaída de 2024, el crecimiento parece amesetarse. Contra diciembre, la actividad acumula un incremento de apenas 0,7%, básicamente por lo ocurrido en el primer bimestre. Se estaciona en un nivel que todavía no llega al del pico previo (0,6% por debajo junio 2022)”, añadió LCG.

La actividad económica en mayo cayó 0,1% mensual según el INDEC

El posible impacto de la suba de tasas y qué se espera para el resto del año

Hacia adelante se espera un comportamiento errático por parte de la economía, con alternancias entre subas y bajas mensuales. Los analistas mantienen las proyecciones de cerrar el año con un crecimiento del orden del 5%, pero de los cuales 4,7 puntos porcentuales ya se explican por el arrastre estadístico que dejó la recuperación hasta mayo. Es decir, “si la actividad no cae ni crece en lo que queda del año, por arrastre estadístico, terminaría con +4,7% en 2025”, señaló Amilcar Collante, economista de Profit Consultores.

En tanto, Lorenzo Sigaut Gravina, economista de Equilibra, sostuvo: “La meseta del nivel de actividad se consolidó en el 2 T-25. La pregunta relevante es qué pasará hacia adelante, pues ‘pasado pisado’. Es probable que el nivel de actividad retroceda en términos desestacionalizados en el segundo semestre por estos cinco factores: por aumento de la presión cambiaria y freno de la desinflación; aumento de la tasa de interés real, lo que llevaría a un aumento de la mora y baja del crédito; una producción de transables en riesgo frente a la importación; con salarios empatados o por debajo de la inflación y un estancamiento en el empleo; y con Vaca Muerta afectada por el juicio de YPF y con precios internacional del crudo bajos”.

“Pensando en los próximos meses, esperamos que el nivel de actividad crezca, pero surgen algunas dudas sobre la magnitud de la expansión económica que cabe esperar. Entre los principales riesgos vemos una recuperación menor a la esperada de los ingresos de las familias, y un régimen cambiario que resulta perjudicial a algunos sectores orientados al mercado interno. Finalmente, la baja nominalidad es positiva para la actividad en una mirada amplia, pero la absoluta prioridad que otorga el Gobierno al combate contra la inflación deja relegadas opciones de gestión que podrían incentivar la marcha económica”, agregó el economista Orlando Ferreres.

Por otro lado, los economistas adviertieron por el impacto en la economía de la suba de las tasas de interés, tras el descalabro financiero que se desató el desarme de las LEFIs y el manejo desprolijo por parte del equipo económico.

“Esta tasa de interés que está pagando el Gobierno para evitar que el dólar suba, que en términos reales se ubicaría más de 20 puntos porcentuales por arriba de la inflación, tendría un pacto muy negativo sobre la economía real, aumentando en forma muy importante el costo de financiamiento, del descuento de cheques, el costo del giro en descubierto, la morosidad y los cheques sin fondos. La cadena de pagos se resentiría, las ventas disminuirían más, los costos de producción aumentarían, la producción bajaría, el empleo se resentiría y el poder adquisitivo del salario disminuiría más, con lo cual los problemas presentes de la economía real no sólo estarían lejos de suavizarse, sino que se agravarían”, cerró Diego Giacomini, economista de E2 (Economía y Ética).

AM/ML

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