16 marzo, 2025

Efecto dólar y costo argentino: las preocupaciones de las petroleras globales que operan en Vaca Muerta

El desarrollo de Vaca Muerta atraviesa para los actores del sector un año clave para su despegue definitivo, con proyectos de inversión millonarios en upstream y midstream que tienen casi en su totalidad destino de exportación para la producción creciente de gas y petróleo. Pero el desafío es poder llevar adelante esas inversiones a pesar del llamado costo argentino, un mal estructural de competitividad que se incrementa en tiempos de tipo de cambio atrasado.

Este planteo fue el que se escuchó en el CeraWeek que se desarrolla en Houston, Estados Unidos, el principal encuentro de la industria petrolera global, en donde Vaca Muerta forma parte de la agenda de las principales compañías operadoras. Entre anuncios de inversión y de salidas del mayor play no convencional fuera de los Estados Unidos, el costo argentino fue un tema de discusión.

En el CeraWeek, tras seguir en público y privado los comentarios de los principales directivos de empresas con intereses en el país como Chevrón, Shell, Total o Harbour Energy, el secretario coordinador de Energía y Minería, Daniel González, reconoció implícitamente los problemas de competitividad que las petroleras perciben en Vaca Muerta.

En ese sentido explicó que si bien la competitividad del shale oil se encuentra por características geológicas a la par o incluso por encima de los desarrollos del no convencional del Permiam, la cuna del shale global, hay costos locales generados incluso por servicios de empresas extranjeras que encarecen las operaciones y, en consecuencia, la producción y el barril de crudo que se logra exportar.

Como ejemplo citó las tarifas de las compañías de servicios que estimó al menos un 50% más caras que en otras latitudes (Estados Unidos, en particular), un tema vinculado a la baja disponibilidad de equipos de perforación y fractura que conforman el corazón en la construcción de un pozo de Vaca Muerta, un tema que es un cuello de botella a la vista para el crecimiento de la formación.

Los costos y el dólar afectan a Vaca Muerta

Luciano Fucello, Country Manager en NCS Multistage, explicó a iProfesional que el año pasado el dólar con el crawling peg aumentó en torno al 20% mientras que las paritarias llegaron a un 65% de aumento promedio, con lo cual “el costo laboral argentino en dólares aumentó de forma alarmante y de una manera difícil de explicar a inversores o empresas extranjeras”.

Al mismo tiempo, el petróleo como un commodity sujeto a variaciones de precios internacionales hoy registra un precio por debajo de los 70 dólares el barril lo que está achicando los márgenes de rentabilidad para las compañías, algo que se nota más complejo en el mercado del gas cuyo precio local está muy deprimido y hasta tanto no haya una salida vía GNL no va a tener muchos cambios.

En ese combo de costos, Fucello también detalló el funcionamiento del segmento de servicios: “En Estados Unidos con libre mercado hay miles de empresas compitiendo, y cuando se cae un cliente de inmediato surge otro. En la Argentina hay pocos compradores porque casi el 60% del movimiento de hidrocarburos lo maneja YPF, y el resto se reparte mayormente entre dos o tres grandes jugadores”, lo que hace que la presión sobre los márgenes sea brutal y dificulte el surgimiento de nuevas empresas para ampliar la competencia.

Pero además del efecto oferta-demanda de un insumo o equipo, cuando el dólar está barato, es decir cuando la moneda local se aprecia en términos reales, Argentina está más cara en dólares. Esto implica que es más complicado competir con el mundo en productos que se pueden exportar e importar, y este escenario ya cíclico para los industriales locales preserva una lógica que no terminan de asimilar los inversores extranjeros.

En ese sentido, un reciente análisis de la Fundación Mediterránea destacó que las actividades que están más complicadas debido a altos costos en dólares son en primera instancia aquellas que están volcadas a la exportación, aunque este no es el único factor relevante. “La composición de las exportaciones, la estructura productiva, los costos laborales, la infraestructura y las políticas públicas también influyen en la competitividad”, explicó el informe.

Entre las patagónicas se destaca el caso de Neuquén donde, “con la ventaja de Vaca Muerta, sus altos rendimientos en la extracción petrolera permiten compensar, al menos en parte, los mayores costos en dólares”, además de los proyectos vinculados que contarían con los beneficios impositivos que brinda el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).

Un barril internacional por encima de los 70 dólares como viene ocurriendo cómodamente en los últimos dos años, deja un margen importante en una formación donde el costo de equilibrio de un pozo se ubica en los 40 dólares, explican desde una de las compañías locales que solo piensa en aprovechar el acreaje que pongan en venta las petroleras internacionales.

Cómo crecer y ser competitivos

Pero el desafío del crecimiento fue advertido recientemente por la Cámara de Servicios Petroleros, conocida en el sector por su vieja sigla de Ceope, al advertir que para el caso de Servicios Especiales y Torre, que conforman el primer anillo en la cadena de producción, “será necesario una mayor oferta de equipos que hoy no están disponibles en el país, en la escala y la tecnología necesaria a fin de continuar con las mejoras en la productividad y eficiencia”.

“Será clave -aseguraron- que esas empresas obtengan el capital adicional a un costo competitivo para aumentar dicha oferta siempre que las condiciones para atraer dicho capital al país también lo sean. Esto se debe a que por ejemplo, las empresas internacionales, que son mayoritarias en la oferta actual de servicios de perforación y de fractura, compiten por dicho capital con otras geografías del mundo”.

La cámara está integrada por 33 empresas que tienen a su cargo todas las operaciones en el terreno tales como gigantes globales como Schlumberger, Baker Hughes, Halliburton, Weatherford, Calfrac, u otras de origen local como Pecom, San Antonio o Tenaris, las que prestan sus servicios a todas las operadoras del ecosistema hidrocarburífero.

La salida al laberinto de los costos, en tanto, se vislumbra en dos alternativas planteadas por la Fundación Mediterránea: “Una solución viene por el lado de una mayor productividad, que podría lograrse con más inversiones, y esto es viable en una economía más previsible”, dada la menor inflación y con mayor financiamiento al destinarse menos fondos al gobierno.

Por otro lado, está el rol de los gobiernos en reducir costos “no salariales”, principalmente, impuestos para lo cual “deberán previamente bajar el gasto público, que es un proceso lento, trámites, y regulaciones, entre otros”.

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