Los ejecutivos advierten que estas restricciones pegarán sobre la actividad y los precios.
«Estamos administrando dólar por dólar», dijo el ministro de Economía Sergio Massa este martes en una fábrica de Santa Fe, al hablar ante trabajadores y empresarios.
Aunque desde el Palacio de Hacienda no dan precisiones, la administración a la que Massa se refiere se centra en ajustar más el cepo y restringir el acceso de los importadores a los dólares oficiales, en medio de la escasez de divisas de parte del Banco Central.
Con las importaciones trabadas, los empresarios le reclaman al Gobierno que acelere los trámites y advierten que estas restricciones pegarán sobre la actividad y la inflación.
«Las demoras en la aprobación de las importaciones atentan contra la normal operación de nuestros asociados de todo el país, generando perjuicios a las empresas en un ya complejo contexto económico. Estas dilaciones, tarde o temprano se traducen en escasez de insumos para la producción y consecuentemente en mayores costos, a sabiendas de que la mayor parte de las actividades económicas dependen en cierto grado de la importación de bienes para su operatoria habitual», le dijo a Clarin Mario Grinman, titular de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC).
En las últimas semanas el Gobierno endureció el cepo a las importaciones. Primero las encareció a través de la aplicación del impuesto PAIS del 7,5% para la compra de bienes en el exterior y del 25% para las de servicios. Y después recortó las autorizaciones a partir del trámite del CEF (Capacidad Económica Financiera), que determina a cuántos dólares puede acceder cada empresa. En la mayoría de los casos se aplicó un recorte del 25%, pero a algunas compañías no se les autorizó operación alguna, sin mayores explicaciones.
Ahora, desde la Unión Industrial de Córdoba (UIC) denuncian que solo se aprueban dos de cada diez autorizaciones SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina). Y le pidieron a las autoridades nacionales que proporcionen «una respuesta urgente ante la disminución en las aprobaciones».
«Durante las últimas dos semanas de julio, de acuerdo a nuestros registros de gestión, la tasa de aprobación fue sólo del 22%, marcando un contraste con nuestro histórico promedio del 54% para las solicitudes provenientes de Córdoba en el año 2023″, detallan
Si bien los empresarios han mantenido reuniones con Massa y con funcionarios de las secretarías de Comercio e Industria a través de la Unión Industrial, el tema no se resuelve.
«Aún no hemos obtenido respuestas que garanticen la previsibilidad en la adquisición de insumos, un aspecto crucial para el desarrollo de nuestras operaciones», reclaman desde la UIC.
«La cámara de Córdoba como todas las demás cámaras tiene abierto canales con Comercio, pero hasta el momento no se han comunicado para acercar sus necesidades, ni tenemos los casos puntuales de empresas cordobesas como para evaluar esos porcentajes mencionados», dijeron fuentes de Economía.
Y precisaron que «de enero a julio hay registradas un 87% de autorizaciones sobre el total de las solicitadas».
Además, reforzaron que «el monto aprobado en dólares creció un 6% más en relación al año pasado, que fue record en importaciones».
«Las autorizaciones deberían estar abajo considerando que la economía en 2022 creció al 5% y que en lo que va del año viene creciendo al 1%», apuntaron.
«Desde la CAC somos conscientes de la necesidad del gobierno nacional de establecer un esquema de administración de divisas. Pero esto no debe traducirse en mayores dificultades para las empresas, ya asfixiadas por la elevada carga tributaria, que son, al fin y al cabo, el motor de nuestra economía y las principales generadoras de empleo genuino», remarca Grinman.
Para Marcelo Elizondo, especialista en comercio exterior, pese a que el Gobierno denuncia un festival, «las importaciones son bajísimas. En 2022 según el Banco Mundial la relación importaciones/PBI en el mundo fue 30,1%. En Latinoamérica fue 29,9%. En Argentina fue solo 15,3%, la menor de la región«.
«El problema no son las importaciones, que aún en tiempos de récords nominales en dólares son relativamente bajas, lo que genera problemas para producir. El problema son los desequilibrios y desórdenes múltiples a los que hemos sido tan adeptos por tanto tiempo. Hoy los pagamos», sentencia Elizondo.
AQ