Este martes el JP Morgan dió a conocer que el índice que mide el riesgo argentino. Tras la crisis política abierta por el escándalo de las coimas y luego de semanas de descalabros financieros, pegó un salto y se ubicó en niveles máximos desde abril. El índice se ubicó en 829 puntos, al rango previo a la salida del cepo cambiario para las personas y el acuerdo con el FMI por 20 mil millones de dólares.
Comparación de la evolución del riesgo país en el 2025, 2 de enero 2025 base 100.- pic.twitter.com/pQh7s7GE5r
— Christian Buteler (@cbuteler) August 26, 2025
El escándalo de las coimas, del cúal Milei sólo compartió un comunicado de la empresa Suizo Argentina sin desmentir el hecho, echó más nafta al fuego tras una semana complicada en materia financiera para el Gobierno. Según el tradicional sondeo que realiza la Universidad Torcuato Di Tella, el Índice de confianza en Milei cayó a su peor nivel desde que asumió: una caída del 13,6% respecto de julio y del 16,5% en términos interanuales. La baja fue particularmente significativa en el Conurbano (23,3%) y Ciudad de Buenos Aires (28,2%).
En cuanto a la expectativa de devaluación, sucedieron jornadas intensas en el mercado de futuros. En julio el Banco Central (BCRA) intervino con más de U$S 2.000 millones para contener, y los datos de comienzos de agosto sugieren que el BCRA continuó interviniendo en este mercado.
A pesar de la fuerte operación del BCRA, que preocupa al FMI, la cotización es de $1519 para noviembre, el mes después de las elecciones nacionales legislativas, quedando por encima de la banda cambiaria por primera vez. Para diciembre, los contratos que se negocian son a $1554 y escalan a $1584 para enero del año que viene. Para febrero pasa la barrera de los $1600, al cotizar a $1610.
El Gobierno buscó mantener el “atraso cambiario” o “dólar barato” para las elecciones como ancla cambiaria a como sea. Tras gastarse más de la mitad del préstamo del FMI vendiendo reservas para mantener el precio bajo, en julio tuvo que ofrecer jugosas tasas de interés a bancos y especuladores para que no vayan al dólar. Algunas consultoras estimaron que la sobretasa significará un costo financiero estimado de 1,2 billones de pesos.
Las vacaciones de invierno también trajeron malas noticias para la contención de la divisa. Según el INDEC, en julio el uso de dólares en el exterior fue de más de u$s 500 millones, aunque muchos gastos suelen no ser relevados, ya que la mitad se estima que se concretan directamente en moneda extranjera. Algunos analistas estiman que el año cerrará con una salida récord de entre U$S 12.000 y 15.000 millones.
Romper con la estafa de la deuda y la ganancia de los especuladores
Para llegar a las elecciones con un “dólar barato” como ancla cambiaria Caputo montó una ingeniería financiera de pagar deuda financiada con más deuda, una bola de nieve. El costo de la paz cambiaria (y baja de la inflación), el único caballito de batalla de la gestión libertaria, se paga con caída del empleo, del salario y ganancias millonarias para los especuladores.
Es necesario terminar con la estafa de la deuda que genera una sangría de recursos y da jugosas ganancias a los especuladores, inexistentes en el mundo. Nacionalizar la banca bajo una banca estatal única gestionada por sus trabajadores puede ser un gran paso para evitar la fuga de capitales, donde los bancos son el gran canal. También para cortar con el negociado de éstos y poner el ahorro nacional al servicio de garantizar créditos blandos para pequeños comercios, para vivienda y proteger el ingreso del pequeño ahorrista. Poner las necesidades de las mayorías por encima de un pequeño grupo de ricos.