No pierde el pelo, ni las mañas ni mucho menos la capacidad de jugar: al final, Lionel Messi fue más “zorro” que Matías Cóccaro y el Inter de Miami le terminó ganando de manera agónica al Atlas del uruguayo en una noche de doble debut: por un lado los dos equipos se presentaron en la “Leagues Cup”, un torneo de extraño formato que se mete en el medio de la liga yanqui, y por el otro se dio el estreno de Rodrigo De Paul como compañero de La Pulga, que quedó un tanto ensombrecido por la pelea del capitán del seleccionado nacional con el delantero charrúa.
Con el partido 1-1 y el reloj marcando el minuto 96, es decir a escasos segundos ya del último pitazo del árbitro, Messi habilitó de forma magistral al Chelo Marcelo Weingandt. Si bien es defensor, uno de esos marcadores rudimentarios y expeditivos que están más cerca de revolear la pelota por el aire que de regalar un toque exquisito, el ex novio de Angela Leiva definió como Erling Halaand y les dio el triunfo a los de remera rosa.
Pero tanto la definición como el agónico triunfo quedaron en un segundo plano cuando se lo vio a Messi gritarle el gol en la cara al uruguayo Matías Cóccaro, delantero del Atlas de México. El argentino estaba desaforado, sacado, como loco, dispuesto a todo. Una imagen pocas veces vista en un jugador correcto y respetuoso como es Lionel, que tiene su carácter y “no se come ninguna” pero casi nunca aparece en esa pose de “pendenciero” o “revanchista”.
Lo que sucedió fue que Atlas había empatado hacía 10 minutos como corolario de una incesante e infructuosa búsqueda desde que quedó en desventaja a los 12 del complemento. El asedio al arco de Ríos no daba resultado, y cuando cayó la igualdad se la festejó con todo. Matías Cóccaro, apodado “El Zorro”, gritó el gol como un enajenado y de cara a una tribuna que mezclaba simpatizantes del Inter con algunos del Atlas, un equipo de Guadalajara, estado de Jalisco, México, allí de donde es el famoso boxeador Saúl “Canelo” Alvarez por ejemplo.
LA PELEA DE MESSI CON EL ZORRO COCCARO QUE OPACO EL DEBUT DE RORIGO DE PAUL EN EL INTER DE MIAMI
Esa actitud de Cóccaro molestó muchísimo a Messi y fue la gota que rebalsó el vaso de su paciencia, pues ya venía medio fastidioso con él en algunos cruces previos. Apenas el Chelo decretó la victoria en el suspiro final del partido, Messi celebró con sus compañeros pero de inmediato fue a buscar al uruguayo y le hizo el famoso “ojo por ojo, diente por diente”. Algunos colegas -De Paul, por ejemplo- lo tuvieron que frenar porque parecía que podían irse a las manos.
Siempre de bigote “tipo mostachole”, Matías “El Zorro” Cóccaro es un delantero uruguayo de carrera algo silenciosa hasta que llegó a Huracán, done tuvo éxito, fue muy querido por los hinchas y ganó mucho centimetraje periodístico por ser “un personaje” o un “loco lindo” cuya historias y relatos cruzaban los límites de los campos de juego y llegaban al corazón de la gente. Algunos hinchas iban a la cancha con la capa del Zorro, otros con el sombrero y los chicos le escribían cartitas o le hacían regalos.
Querible y “macanudísimo”, también era muy “mañero” en la cancha y protagonizó unas cuantas peleas en el futbol argentino. Las más recordadas con Adan Bareiro, delantero de San Lorenzo, máximo enemigo del Globo, con el arquero de Central Gaspar Servio y con casi todo el plantel de Banfield, también por el festejo de un gol. Sus bueno rendimientos lo llevaron a jugar primero a Canadá y ahora al Atlas de México. Por suerte, la cosa terminó mejor de lo que se preveía: después del partido, Messi y Cóccaro dejaron atrás las rencillas y se fundieron en un fuerte abrazo. Como corresponde.