Dolor, conmoción y un repentino adiós. Alejandra “Locomotora” Oliveras, campeona mundial de boxeo y figura emblemática del deporte argentino, falleció a los 47 años. La noticia golpeó fuerte, no solo por su popularidad y legado deportivo, sino también por la intensidad de sus últimas horas de vida, reveladas por el parte médico oficial.
En una conferencia de prensa, el doctor Néstor Carrizo, jefe de Terapia Intensiva del Hospital José María Cullen de Santa Fe, explicó las causas clínicas que derivaron en el fallecimiento de la ex deportista, por quien se rompió en llanto en pleno vivo Hernán Drago.
“Alejandra presentó un shock con hipoxemia severa y una embolia pulmonar masiva, lo que desencadenó un paro cardiorrespiratorio refractario”, detalló el profesional. A pesar de que la evolución clínica durante el fin de semana había sido estable, Carrizo advirtió que el riesgo nunca dejó de estar presente.
“Fuimos claros con la familia desde el inicio. Estas complicaciones eran posibles, y lamentablemente ocurrió lo peor”, explicó. El médico agregó que Oliveras ya había ingresado el 14 de julio con un cuadro preocupante: un ACV isquémico, producto de una obstrucción completa en la arteria carótida derecha.
Este episodio inicial la dejó con una pérdida de movilidad en el lado izquierdo del cuerpo y un estado de conciencia alterado. En sus últimas horas, la boxeadora experimentó un evento súbito: un shock severo y falta de oxígeno en sangre, lo que llevó a su descompensación.
Se le realizaron ecografías que evidenciaron una embolia pulmonar masiva y trombosis venosa en las extremidades inferiores. “Probablemente, tuvo un estado protrombótico que la llevó a un segundo evento trombótico fatal”, concluyó Carrizo.
Respecto a su estado de conciencia, el médico confirmó que en los momentos previos aún abría los ojos y respondía a ciertos estímulos, aunque nunca recuperó plenamente el contenido consciente. Además, se informó que Oliveras había dejado asentada su voluntad negativa a donar órganos.
Su fallecimiento deja un vacío inmenso no solo en el boxeo sino en toda la sociedad. Con una carrera brillante, Alejandra fue campeona mundial en tres categorías distintas y cosechó seis cinturones internacionales. Fuera del ring, se convirtió en referente de lucha por la igualdad en el deporte y denunció la violencia de género.
En los últimos años, había incursionado en la política y la gestión pública: fue candidata a diputada nacional por Santa Fe en 2021, y en 2024 se sumó al Ministerio de Seguridad. Ese mismo año, fue la primera mujer argentina en ingresar al Salón de la Fama del Boxeo Latinoamericano.