esté haciendo un espectáculo» la=»» p=»» plaza.=»» una=»»> Ambos casos sensibilizaron al público, que en general no estaban al tanto de sus situaciones particulares, y la gente se sorprendió y compartió sus casos en las redes sociales.
El caso de Jorge Martínez
Jorge Martínez tiene 76 años. Fue una de las grandes figuras de la televisión argentina en los años ’80, con célebres roles como galán en novelas como La extraña dama, junto a Luisa Kuliok en 1989.
El reconocimiento de Martínez trascendió las fronteras de Argentina, y trabajó en Estados Unidos, Italia, México y Puerto Rico. En una entrevista confesó haber llevado una vida plena, codeándose con figuras como Muhammad Ali, Al Pacino, Robert De Niro y Arnold Schwarzenegger.
Debido a sus problemas económicos, no tiene casa ni dinero, y debió irse a vivir a La Casa del Teatro, una suerte de residencia para adultos mayores ubicada en plena Av. Santa Fe, donde está la sala Regina.
Ingresó hace menos de un mes y está con colegas como el padre de Juan Palomino y con Peggy Sol. Hoy, de las 45 habitaciones que tiene La Casa del Teatro hay 31 habitadas.
Pablo Alarcón, de la TV a la plaza
Pablo Alarcón tiene 76 años. Fue protagonista de premiadas ficciones de la pantalla chica y se consagró como galán con las novelas Mujercitas y Regalo del cielo. En 2006 participó en Bailando por un sueño y fue el primer eliminado.
Alarcón encontró una nueva alternativa para sortear la crisis económica y de paso consiguió un fuerte golpe de efecto mediático: sorprendió en los últimos días a sus mas de 100 mil seguidores de Instagram con publicaciones de su espectáculo a la gorra en Plaza Francia, donde se presenta todos los domingos de 15 a 17,
En unos de sus últimos posteos, por ejemplo, subió una foto donde se lo ve listo para actuar en Discurso sobre la servidumbre voluntaria, una obra de 15 minutos basada en un libro escrito por Étienne de La Boétie en 1548,
Y agregó: «Estamos todos jodidos: actores, barrenderos, cocineros y periodistas. Ha llegado la miseria a un límite total. No se asombren de que estoy trabajando a la gorra, asómbrense de lo mal que está el país».
Pablo Alarcón aseguró que «la reacción de la gente es maravillosa» cuando lo ve actuando. «Me dicen: ‘Me anima verte trabajar acá en la plaza’. Y el público es muy generoso», añadió.