13 septiembre, 2025

El gobernador de Entre Ríos destacó el rol del juez Horacio Rosatti como “límite” a la corrupción y a los “atropellos del poder de turno”

El presidente de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de la Magistratura, Horacio Rosatti, sostuvo que en Argentina “siempre” hubo grietas, pero la reforma constitucional de 1994 demostró que se pudo llegar a un consenso y llamó abiertamente a trabajar nuevamente en ese camino. Ante un auditorio mayoritariamente de jóvenes, el juez los convocó a participar de la vida política porque “no se cambian las cosas desde la queja”.

“En 1994 fuimos capaces de reformar una Constitución, que todos la votáramos y que todos la juráramos acá, en Concepción del Uruguay. Entonces había muchas más motivos para tener muchas más diferencias que las que pueda haber hoy. La democracia no estaba consolidada y por supuesto que había ideas sobre la política y la economía opuestas (entre distintos sectores). Todos los representantes de esas ideas estuvieron en la Convención Constituyente de 1994. Discutimos duramente, pero terminamos jurando la Constitución todos. Fue el último acto de política grande de la República Argentina”, destacó.

Y añadió: “Pasaron 30 años, 31 años. Lo que pasó acá en la Argentina deja un gusto amargo. Grieta hubo siempre. Unitarios y federales, peronistas y antiperonistas, etcétera. Pero en ese momento fuimos capaces de lograr un consenso. Tenemos que ser capaces de lograr ese acuerdo, aunando procedimientos con valores, tomando las mejores decisiones, respetando las garantías constitucionales”.

Las palabras de Rosatti tuvieron lugar anoche en la sede de la Universidad de Concepción del Uruguay, donde el presidente de la Corte Suprema recibió el título Doctor Honoris Causa. En la ceremonia estuvo presente el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, junto el rector de universidad, Héctor Sauret, además de autoridades de la Asociación Argentina de Derecho Constitucional, jueces federales y provinciales y representantes legislativos nacionales y locales.

Según informó la UCU, la distinción, considerada la máxima honorífica que puede otorgar la universidad, se fundamenta en “la notable trayectoria del Dr. Rosatti, quien ha demostrado un compromiso inquebrantable con la justicia y ha contribuido significativamente a la vida institucional del país”. Se hizo hincapié en su amplia formación académica, su destacada labor en la gestión universitaria y en el servicio público y su papel en la reforma de la Constitución Nacional de 1994.

Durante la ceremonia, Frigerio -también dirigente del PRO- destacó el rol de Rosatti al frente del máximo tribunal de la Nación y lo ponderó como “uno de los máximos exponentes y custodios del orden constitucional y de las leyes de la Nación”.

“Fue uno de los cultores del último gran consenso democrático de la Argentina, la reforma constitucional de 1994. Con su profesionalismo y su rectitud, el Dr. Rosatti tejió consensos en un país atravesado por las grietas. Por todo eso, su labor es fundamental para los que confiamos en la justicia como valor supremo, como principal freno a los atropellos del poder de turno y en especial como límite también a la corrupción. Los entrerrianos sabemos muy bien la necesidad de hombres como Rosatti, porque lamentablemente fuimos testigos y víctimas de hechos bochornosos que avergüenzan“, afirmó.

En su discurso, Rosatti confesó su cariño por la ciudad, donde se juró la reforma de la Constitución Nacional y, al hablar de la subjetividad del tiempo, recordó los 40 años de democracia y los 30 desde que se selló ese texto clave para los argentinos.

Sobre el final de sus palabras, tras alusiones a los filósofos de la Grecia Antigua y los mensajes de las tragedias griegas, Rosatti hizo una reflexión personal y recordó cómo, tras recibirse de abogado a los 19 años, su destino parecía enfocarse a la vida académica. “Era un un momento crítico, como tantos momentos que tiene la Argentina, y me ofrecen intervenir en la vida pública con un cargo técnico: fiscal municipal. Me dijeron ‘es un cargo técnico, no es un cargo político. Si es que se puede a veces hacer diferencia entre lo técnico y lo político… Y acepté. Más tarde, las mismas personas me dijeron: ‘Queremos que seas intendente de la ciudad’. Una ciudad de 450, 500 mil habitantes, Santa Fe. Yo era muy, muy joven….Y la verdad que pensaba ir para otro lado…”

Según relató, entonces “lo consulté con mi madre. Esperando, tal vez, que ella me dijera ‘Uy, vos tenés un futuro’… Pero ella me dijo: ‘Mirá, Horacio, si las personas que tienen tu vocación y tu formación no se meten y participan en política, después es muy difícil…Va a ser muy difícil cambiar la realidad”.

En ese sentido, Rosatti añadió: “el mensaje, sobre todo para los estudiantes, es este: ustedes van a ver muy contaminada la palabra ‘política’, y muchas veces con fundamento. Pero la política, como decía Pericles, es una de las actividades más nobles que tiene el ser humano porque es brindarse por los otros… Pero para eso hay que participar, para eso hay que meterse… No se cambian las cosas desde la queja. Se cambian las cosas desde la participación”, señaló. Por eso llamó a los jóvenes del auditorio a participar “con ideas, con sentido”.

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