Abandonó su idea de la casta y postergó su idea del Banco Central y la dolarización. Hay que reconocer que Milei siempre dijo lo que iba a hacer. El problema es si puede hacerlo.
26 de noviembre 2023, 22:34hs
Una cosa es la teoría, otra es la práctica. Lo aprendimos en el colegio o en la facultad. Milei nunca gobernó y representa a algo que se llama la escuela austríaca de economía, de mediados del siglo XX.
Ludwig Von Mises y Friedrich Hayek. Ellos dicen que la única forma de entender los fenómenos sociales es a través de la comprensión de las acciones individuales. Proponen dejar hacer en la economía, lo que implica que el Estado no intervenga en ninguna función. La novela “La rebelión de Atlas” de Ayn Rand es su libro de cabecera. Rand dice que el interés propio es preferible al altruismo. Milei se define a sí mismo como un “anarquista de mercado”. Si Milei lo logra, va a ser el cambio estructural más importante desde la época de Menem. Pero una cosa es la teoría y otra es la práctica.
El principal problema de este año y el que viene, para Milei, va a ser la calle. La calle y las corporaciones. Ahora, formando gobierno, vemos que abandonó su idea de la casta y que por lo menos postergó su idea del Banco Central y la dolarización. Hay que reconocer que Milei siempre dijo lo que iba a hacer. El problema es si puede hacerlo. Porque una cosa es la teoría y otra la práctica.
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Vivimos tiempos de sorpresas. En dos años, de la nada, Milei se convirtió en presidente: al contrario de Alberto, que siendo presidente, en dos años se convirtió en nada. Alberto recibió a Milei en la Quinta de Olivos. La reunión fue muy buena. Alberto le dijo que en cuanto averigüe qué carajo está haciendo el gobierno le avisa. Dicen que Milei le preguntó a Alberto por Dylan. Debe ser para ver cómo arman la transición con Murray, Milton, Robert y Lukas.
El gobierno está tan acéfalo que Dylan puso en la cucha de Olivos el cartel de “enseguida vuelvo” y se tomó el palo, no sea cosa que lo agarren de perejil como a Leo Fariña y termine en cana por alguna causa de Cristina.
Después de la reunión, Alberto dijo: “Si a Milei le va bien, a la Argentina le va bien; no quiero ser un obstáculo”. Tarde Alberto, hace cuatro años que sos un obstáculo. El Papa llamó a Milei para felicitarlo y le dijo: “Te confieso algo: tu triunfo no se lo vio venir ni Dios”.
Esta semana, Milei dio entrevistas con varios medios. Y en todas se lo vio mucho más relajado y medido. Ya no sabemos cuál es el verdadero Milei, si el que antes actuaba de loco o el que ahora actúa de cuerdo y moderado.
Te digo algo, Javier: este nuevo tono da bien para presidente, pero como panelista serías un fracaso.
Milei bajó quince cambios. Pasó de la venta de órganos a la venta de sahumerio y palo santo para la mala vibra. Ya adelantó algunas medidas. Dijo que no va a usar el helicóptero y que va a trabajar desde Olivos. Para recaudar unos mangos a la Casa Rosada la podría poner en alquiler en Airbnb. Hay tan poco movimiento que los granaderos de la puerta están haciendo home office.
En cuanto a las medidas económicas, dijo que va a privatizar los medios públicos y Télam. También Aysa, el correo, los trenes y que le va a entregar aerolíneas a los empleados. En la época de Menem se vendieron las joyas de la abuela. Ahora quedan el andador, la dentadura y un reloj que no anda.
Milei dijo que vienen 6 meses muy duros. Que no es tiempo de gradualismo y que va a aplicar una política de shock al contrario de lo que hizo Macri. Un ejemplo para entender la diferencia entre gradualismo y shock: gradualismo es cuando una pareja se conoce, va a tomar café, en la segunda cita va al cine y después a la cama. Y shock es cuando van a la cama en la primera cita y después se preguntan: “Disculpá, ¿cómo es tu nombre?”.
El gabinete se empezó a definir el jueves y dejó un tendal en el camino en La Libertad Avanza. Finalmente, al Ministerio de Economía va a ir “Toto” Caputo que tiene un gran desafío por delante: estabilizar la economía, bajar la inflación, negociar con el Fondo y bancarse a Milei llamándolo a las 4 y media de la mañana.
“Toto” Caputo se reunió con los bancos y les anticipó que si asume como ministro de Economía no habrá dolarización inmediata ni cierre del Banco Central. Si pensabas comprar o vender órganos, niños y armas, te vas a quedar con las ganas.
Al ministerio de Seguridad va Patricia Bullrich. Milei le dijo: “Te necesito en un lugar en el que tenés experiencia. Y como el ministerio de montoneros no existe, te doy seguridad”.
Milei es como el tipo que se sacó la grande y hay muchos paracaidistas que caen para mangarlo. Seguro que en el hotel Libertador se escucharon cosas como estas: – Hace mil que te quería llamar, pero no te quería molestar porque te vi muy ocupado en la campaña. – ¿Te acordás de mí? Una vez te dejé pasar primero en el veterinario porque te tenías que ir a Intratables. – ¿Qué hacés, perdido? Soy el peluquero que te hice ese desastre en la cabeza y al final, ¿viste cómo la pegamos?
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El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, que llegó a repartir guita en efectivo en la campaña, había prometido que si ganaba Milei renunciaba. Y como era de esperar, no cumplió y rápidamente lo felicitó por Twitter: ”Quiero felicitar al nuevo presidente de los argentinos y argentinas @jmilei elegido por el voto popular a quien le deseamos éxitos en su gestión”.
Quintela, tu palabra tiene menos valor que la guita que estuviste repartiendo para que te voten.
Chau, hasta el año que viene.