Es lo más parecido al protagonista de una vieja película de espías. Así lo describen en Washington, en La Florida y en la misma Argentina a Victor Manuel Rocha, que fue el encargado de negocios de los Estados Unidos en la Argentina sobre el final del gobierno de Carlos Menem y principios de la Alianza, de Fernando de La Rúa
Entre domingo y lunes, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos publicó un largo escrito seguido por otras agencias de ese país, que informaba que los fiscales federales habían acusado a Rocha, nacido en Colombia, funcionario del Departamento de Estado y embajador full en Bolivia, diplomático Mexico, Honduras, República Dominican y en la Oficina de Washington en La Habana, de ser agente del gobierno cubano. Sí. espía del régimen, enemigo de los Estados Unidos.
Rocha, que es ciudadano estadounidense, está acusado incluso de servir para el gobierno de Fidel Castro, a quien en varias conversaciones que se le interceptaron llamaba “El Comandante”, apodo usado por los seguidores de la llamada Revolución Cubana.
Manuel Rocha“Alegamos que, durante más de 40 años, Víctor Manuel Rocha actuó como agente del gobierno cubano y buscó y obtuvo puestos dentro del Gobierno de Estados Unidos que le proporcionaban acceso a información no pública y la posibilidad de afectar la política exterior estadounidense” empieza diciendo el comunicado de la acusación.
“Quienes tienen el privilegio de prestar servicio en el Gobierno de Estados Unidos son depositarios de una inmensa confianza por parte del público a cuyo servicio se encuentran. Traicionar esa confianza prometiendo falsamente lealtad a Estados Unidos mientras se atienden los intereses de una potencia extranjera constituye un delito al que el Departamento de Justicia responderá de manera implacable”, agrega.
Rocha, que estudió en Yale y Georgetown, y entró al servicio exterior de los Estados Unidos en 1981, llegó a prestar servicios en lo mas alto de Washington porque trabajó en el Consejo Nacional de Seguridad de La Casa Blanca, entre 1994 y 1995, y también trabajó para el sector privado. Fue arrestado el viernes en su casa de Miami, tras una secreta y larga investigación de contrainteligencia del FBI, que detalló la agencia AP este domingo.
En la Argentina de Menem y De La Rúa
Este lunes se conocieron más detalles de su pasado. A sus 73 años va a pagar duramente.
Rocha, ante la prensa, cuando era embajador de EE.UU. en Bolivia (AFPA la Argentina llegó a mediados del segundo gobierno de Menem como jefe adjunto de la misión en la embajada, pero ya desde octubre de 1997, cuando el popular embajador full James Cheek terminó su misión en el pais y hasta la llegada a Buenos Aires del embajador full James Walsh, ejerció como número uno de la sede diplomática.
Y tuvo un protagonismo descomunal a través de la presión que ejerció Bill Clinton sobre la administración de Menem, además de ser testigo directo de la crisis económica y política que aceleró el final del breve gobierno de De la Rúa.
Rocha cumplía las funciones de Embajador en la Argentina porque en los años que se sucedieron varios nombramientos presidenciales de Clinton fueron sistemáticamente bloqueados en el Senado estadounidense.
Juan Bautista “El Tata” Yofre, periodista, escritor, y quien fue secretario de Inteligencia de Menem lo recuerda a Rocha, a quien conoció pero no llegó a tratar demasiado porque con él se encontraban los funcionarios de la Cancillería y de Economía. “En las pocas ocasiones que hable con él Rocha la jugaba de duro”, dirá.
Yofre lo vio incluso cuando se fue a vivir a La Cumbre para escribir su libro sobre Chile. Para entonces ya había renunciado a la SIDE de Menem. Y Hugo Anzorreguy, también al frente de la SIDE, habia alquilado un castillo en La Cumbre, y allí sí recibió a Rocha.
“Es un tema muy delicado….yo no lo puedo creer !!! Para mi era un Republicano muy anticomunista, y profesional de altísima credibilidad del Departamento de Estado !!!! Es como una película de espías vista en Netflix! expresó este lunes a Clarin, Diego Guelar, varias veces representante de la Argentina en el exterior y que, en tiempos de Rocha aquí fue él embajador en Washington.
Durante su empleo en el Departamento de Estado, Rocha tuvo acceso exclusivo a los sitios públicos de Información del gobierno de Estados Unidos, indica la acusación a la que tuvo acceso Clarín.
“En ningún momento Rocha estuvo autorizado, directa o indirectamente, a entregar, comunicar, ni transmitir información no pública a agentes, oficinistas o empleados de cualquier servicio de inteligencia extranjero hostil, durante o después de su empleo”, indican, pero sí lo hizo pese a que siempre contestó que “no” en los cuestionarios que se le preguntaba, como a todo funcionario de carrera, si había violado la ley de su país.
La Investigación da cuenta de reuniones ilícitas investigadas como una del 16 de noviembre de 2022, cuando Rocha se reunió frente a la Primera Iglesia Presbiteriana de Miami aproximadamente a las 10:00 con un miembro de la contrainteligencia estadounidense. Un agente del FBI que se hacía pasar por espía cubano en los Estados Unidos y que se conoció como “Miguel”. Los investigadores grabaron con video y todo.
La abogada de Manuel Rocha, Jacqueline Arango, al dejar la sede judicial de Miami tras la detención del ex embajador (AP).Mientras viajaba al lugar de la reunión chequeó que no fuera seguido u observado.
Se detuvo en la ruta durante varios minutos para poder observar el lugar de reunión desde una distancia segura. El uso de técnicas de contravigilancia por parte de Rocha era consistente con la capacitación previa que había recibido en operaciones ocultas. “Lo que hemos hecho es enorme, es un Gran Slam”, (golpe) se le escuchó decir al diplomático, quien para poder trabajar en favor de “La isla” (así llamaba a Cuba el embajador), se mostró llevando una “vida normal” como de “persona de derecha”.
Así lo recuerdan en la Argentina quienes lo cruzaron en su trabajo aqui. «Todos lo teníamos como un señor muy de derechas”, contó un ex funcionario de la Alianza UCR Frepaso que lo conoció y lo trató pero prefiere el anonimato en su conversación con Clarín
Rocha estuvo presente en al menos una de las visitas a Washington de Menem, al más alto nivel. En su reunión con Clinton, incluso.
Karla Wittkop Rocha, la mujer del ex embajador, al ingresar a la sede judicial de Miami (AP). Presionó fuertemente por la desregulación de las telecomunicaciones, la liberalización total del mercado telefónico, la industria informática y la transmisión de datos vía Internet. Y a cambio ofreció en nombre de Washington 5.000 millones de dólares en un período de tres años a la Argentina.
Rocha fue especialmente activo cuando su país presionaba a fuertemente e Menem -y hasta hubo sanciones- por la llamada ley de patentes que el Congreso argentino había aprobado, obligando a los laboratorios a pagar royalties. Pero Washington puso el grito en el cielo porque esa obligación iba a estar vigente desde noviembre del 2000. El lapso que mediaba entre la sanción de la ley y esa fecha se denominaba «período de transición», y en su transcurso no existia obligación de pagarle nada al autor de una fórmula.
«Para promover ese papel, según la denuncia, Rocha obtuvo empleo en el Departamento de Estado de Estados Unidos entre 1981 y 2002, en puestos que le proporcionaron acceso a información no pública, incluida información clasificada, y la capacidad de afectar la política exterior de Estados Unidos», indica ahora el comunicado de Washington.
«Después de que terminó su empleo en el Departamento de Estado, Rocha participó en otros actos destinados a apoyar a los servicios de inteligencia de Cuba. Desde alrededor de 2006 hasta alrededor de 2012, Rocha fue asesor del Comandante del Comando Sur de Estados Unidos, un comando conjunto del ejército de Estados Unidos cuya área de responsabilidad incluye a Cuba.»
La denuncia alega que Rocha mantuvo en secreto su condición de agente cubano «para protegerse a sí mismo y a los demás y para permitirse la oportunidad de participar en actividades clandestinas adicionales». Rocha proporcionó «información falsa y engañosa a Estados Unidos para mantener su misión secreta; viajó fuera de Estados Unidos para reunirse con agentes de inteligencia cubanos; e hizo declaraciones falsas y engañosas para obtener documentos de viaje»