Inmersos en estas fechas, uno de los olores más característicos cuando empiezan a bajar las temperaturas es el de las castañas asadas. En las calles no pueden faltar los típicos puestos que venden este alimento recién hecho, metido en un cucurucho, y que nos sirve para entrar en calor. Es el rey del otoño, junto con las setas.
El castaño es un árbol que pertenece al género de plantas de la familia de las fagáceas, al igual que los robles y las hayas.
Es originario de las regiones templadas del hemisferio norte y hay muchas variedades, aunque las más conocidas son:
Castaños europeos Chinos Japoneses Americanos. La castaña es el fruto del castaño. Se trata de un alimento que se puede comer tanto hervido como asado o dulce. De hecho, en Francia es un tentempié muy común, las castañas dulces o glaseadas (cobertura elaborada con azúcar y leche o mantequilla), también llamadas «marrón glacé» .
Las castañas no se deben consumir crudas
La castaña es un fruto que no se debería consumir sin cocinar. La explicación es muy sencilla: hay determinadas variedades que contienen grandes cantidades de taninos, un compuesto que se acumula en las cortezas de plantas y árboles y que tiene en boca un sabor amargo y seco.
Eso sí, no suponen un riesgo para nuestra salud, pero puede ser perjudicial para las personas con problemas renales o hepáticos. Por eso, la mejor solución para destruir los taninos de las castañas es cocinarlas. Además, estarán más jugosas y con mejor textura.
Sin embargo, si optamos por consumir castañas naturales, nos encontramos ante el fruto seco con menor contenido calórico y, por lo tanto, el que menos engorda.
Además es un alimento rico en fibra (lo que ayuda al tránsito intestinal) y en hidratos de carbono, así como en fósforo y potasio.
Propiedades de las castañas
La composición nutricional de la castaña es básicamente carbohidratos (44%), agua (53%) y un 3% de grasas y proteínas.
También destaca por su alto contenido en vitamina C, por lo que es un alimento que deberíamos incluir en nuestra dieta y más ahora, para fortalecer el sistema inmunitario contra el frío.
Por cada 100 gramos, las castañas nos aportan:
185 calorías 3 gramos de proteínas 36 gramos de hidratos de carbono 2,6 gramos de grasas (solo 0,3 son saturadas) 6,8 gramos de fibra 34 miligramos de calcio 500 miligramos de potasio 250 miligramos de fósforo 36 miligramos de magnesio 11 miligramos de sodio 6 miligramos de vitamina C 0,9 miligramos de hierro 0,6 miligramos de vitamina B3 0,5 miligramos de vitamina E 0,33 miligramos de vitamina B6
Castañas, aliadas contra la osteoporosis
La osteoporosis es un trastorno generalizado del esqueleto que provoca una alteración de la resistencia de los huesos. Este debilitamiento óseo predispone a las personas de más edad a tener un mayor riesgo de fracturas, especialmente de la cadera, la columna y las muñecas. Se estima que en España, unos tres millones de personas padecen esta enfermedad.
La consecuencia más habitual entre los pacientes que sufren osteoporosis son las fracturas de vértebras. Pero en la fractura de cadera la complicación es más grave porque siempre requiere cirugía y su mortalidad en fase aguda es del 8%.
Pues bien, dado su importante contenido en calcio, las castañas pueden prevenir esta dolencia asociada a la edad, la falta de estrógenos o algunos medicamentos.
Las castañas, como también contienen magnesio, aumentan la densidad ósea, lo que ayuda a evitar la aparición de la osteoporosis y mejorar la estructura ósea en general.
Pero no es la única receta contra la osteoporosis. También es importante tomar el sol para obtener una cantidad suficiente de vitamina D, que es la encargada de facilitar la absorción del calcio y el fósforo. Y tampoco hay que descuidar el ejercicio físico y practicar deporte de forma habitual para mejorar la salud de los huesos.
Mantienen a raya la diabetes
La prevalencia de la diabetes en España es del 14,8%. Esto quiere decir que afecta a 1 de cada 7 adultos españoles, lo que la convierte en la segunda tasa más alta de Europa.
Pero casi un tercio (30,3%) de las personas que viven con diabetes en España no están diagnosticadas. Y esto supone un gran riesgo para su salud, ya que puede causar problemas potencialmente mortales:
Infarto de miocardio. Accidente cerebrovascular. Insuficiencia renal. Ceguera. Amputación de extremidades inferiores. Un estudio de la Universidad de South Australia señala que el contenido en fibra y ácidos grasos de las castañas ayudan a reducir los niveles de glucosa en sangre.
Además, sus hidratos de carbono son de naturaleza compleja, lo que quiere decir que la absorción de los azúcares es lenta. Así, se evitan posibles hipoglucemias (subidas de azúcar) a la vez que aportan energía durante horas.
Beneficiosas para el corazón
Es de sobra conocido que los frutos secos son alimentos ricos en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, por lo que reducen los niveles de colesterol ‘malo’ y de los lípidos en sangre.
Así que, el consumo de castañas también mejora la salud cardiovascular, tal y como explica la Fundación Española del Corazón.
Gracias a sus virtudes alimenticias «ayudan a producir una disminución del índice de masa corporal, de la circunferencia de la cintura y de la presión arterial sistólica. También contribuyen a un menor peso y, sobre todo, a una prevalencia más reducida de los cuatro factores de riesgo para síndrome metabólico: obesidad abdominal, hipertensión, bajos niveles de colesterol HDL y glucosa alta en ayunas».
La hipertensión, el colesterol o la hipertensión arterial son factores de riesgo que se pueden evitar y que están asociados a una mayor probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares como cardiopatías, infarto de miocardio o insuficiencia cardíaca.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las patologías cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo, por delante del cáncer y las enfermedades respiratorias.
El 30% de los fallecimientos en nuestro país son a causa de alguna de estas patologías.
Y, pese a lo que se puede pensar, no son una dolencia exclusivamente masculina. Según los últimos datos, suponen un 6% más de muertes entre las mujeres que entre los hombres.
En España, 120.000 personas mueren cada año debido a las enfermedades cardiovasculares.
Así que las castañas, aunque no son un producto milagrosos, sí que contribuyen a mejorar muchas de las variables que pueden ser decisivas para mantener nuestra saluyd.