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27 noviembre, 2024

La Fuerza Aérea recuperó el control de los vuelos presidenciales y oficiales

La Fuerza Aérea recuperó el control de los vuelos y el mantenimiento de los aviones presidenciales y otras aeronaves oficiales. Los Boeing, los Lear y los helicópteros.

Con el gobierno de Néstor Kirchner habían empezado a perder la influencia sobre la aviación oficial y fue durante la administración de Mauricio Macri que perdieron por completo todo lo que estaba bajo la órbita de la Agrupación Aérea de Presidencia que depende de la Dirección General de Logística y ésta, a su vez, de la secretaría general del Presidencia.

La situación comenzó a cambiar de hecho con la crisis en la que debió renunciar el ex piloto presidencial Leonardo Barone, a raíz del vuelo rasante a metros de la pista del Aeroparque Jorge Newbery con la nueva aeronave que compró el gobierno de Alberto Fernández y que costó 22 millones de dólares. En realidad, que piloteaba el avión en ese momento, se dijo era el otro comandante, Juan Pablo Pinto, que también fue despedido.

Fue en mayo pasado. La temeraria maniobra de Barone fue en ese momento la de poner de costado el Boeing 757-256 celeste y blanco, a sólo 45 metros de la pista para luego virar hacia el Río de la Plata y retomar viaje.

Trascendió entonces que la aeronave hizo luego un sobrevuelo sobre la Plaza de Mayo con el bautizado ARG-01, minutos después de que finalizara el acto que encabezó Cristina Kirchner, aunque los pilotos lo desmintieron. También se defendieron argumentando que la maniobra fue «autorizada por la empresa argentina de navegación aérea y por los contralores de tránsito que estaban de servicio en Aeroparque.

En el medio de la oleada de críticas, el brigadier general Xavier Isaac, jefe de la Fuerza Aérea, con el aval del jefe del Estado Mayor Conjunto, Juan Martín Paleo, hizo entonces un descargo por Twitter.

En esas declaraciones aclaró que los pilotos que estaban al frente del nuevo avión presidencial -que estrenó el ministro y candidato Sergio Massa en su viaje a China de abril pasado- a no eran de la Fuerza de aire, y que se encontraban “fuera del ámbito del Ministerio de Defensa” además de no ser de “matrícula militar”.

Las contundentes aclaraciones de la FAA, poco habituales entre los militares, tuvieron lugar después de que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), encargada de controlar la actividad aérea el país abriera un expediente para investigar la arriesgada maniobra. Y que hubiera confusión sobre la pertenencia del piloto, cuyo jefe final era el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello.

Todo este episodio es lo que le sirvió a la Fuerza Aérea para retomar un control aéreo que comenzaron a perder hace veinte años, supo Clarín de altas fuentes oficiales.

Con el gobierno de Kirchner, lo que era el Comando de Regiones pasó a la órbita civil y se empezó a llamar ANAC, la mencionada empresa nacional de control de la aviación civil.

El famoso piloto de Néstor Kirchner, Sergio Velázquez y la hoy vicepresidenta Cristina Kirchner en Río Gallegos.El famoso piloto de Néstor Kirchner, Sergio Velázquez y la hoy vicepresidenta Cristina Kirchner en Río Gallegos.Hasta entonces, Fuerza Aérea controlaba toda la aviación del país con radares controladores aéreos, operadores de torres. Todo dependía de la Fuerza Aérea e inclusive controlaba a los pilotos civiles y a los pilotos civiles de las aerolíneas. Fue la primera pérdida de poder.

Por otro lado, la llamada Agrupación Aérea de Presidencia, que siempre dependió de Casa Militar y que a su vez depende de la Secretaría general de la Presidencia, con Kirchner siguió dependiendo de la Fuerza Aérea.

Lo que sí hizo el fallecido ex presidente fue poner al frente del Tango 01 piloto civil a su famoso piloto de ultraconfianza, Sergio Velázquez, investigado en la causa de la ruta K por el traslado de bolsos con dinero.

Cuando llegó Macri al poder, directamente quitó a toda la Fuerza Aérea como operadora y entregó el control a un grupo grupo de civiles de su confianza. Como recordó Santiago Rivas, director de Pucará Defensa, «eran los tiempos en el que la operatoria la manejaba Carlos Colunga, que venía de Macair, la empresa aérea de la familia Macri. Esta buscó venderle un Boeing BBJ a presidencia para reemplazar el 757 viejo (T-01)». La operación se cayó cuando saltó que la falta de transparencia.

Al llegar a la presidencia Alberto Fernández, entró Barone, que había sido despedido de Austral. Tuvo mucho poder y comenzó a manejar y controlar la flota de aviones, incluyendo el flamante avión presidencial.

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