Era la primera semana de Fernando José Marino (28) en su nuevo trabajo. Le había comprado la Renault Kangoo gris a su papá para hacer repartos. «Me la vas pagando como puedas«, le dijo él. Ese lunes eran las 13.10. Llegó a entregar un paquete a domicilio cuando una pareja de motochorros lo mató de un balazo, en Adrogué, partido de Almirante Brown, al sur del Gran Buenos Aires.
Las imágenes de las cámaras de seguridad mostraron sus segundos finales. Se arrojó de la camioneta en marcha y quedó de rodillas en el asfalto, tomándose la axila izquierda, por donde entró el disparo que le destrozó un pulmón y le causó un shock hipovolémico.
«Estoy con una herida de bala«, fue lo último que pudo decir, con la voz temblorosa, antes de desvanecerse, en Italia al 1000. La Kangoo terminó chocando con un Ford Fiesta estacionado. Pese a su desesperación, dos automovilistas y un motoquero pasaron a su lado sin ayudarlo, quizás por miedo.
Este martes, tres años después del crimen, empezará el juicio contra Mauro Sebastián García (28) y su pareja, Johanna Anabella Quevedo (32). Será a partir de las 9 en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 9 de Lomas de Zamora.
Se esperan cuatro audiencias. Las restantes serán el jueves 24, el lunes 28 y el miércoles 30 de agosto.
Ambos fueron detenidos dos días después del crimen de Fernando. Testigos los reconocieron por la ropa que llevaban puesta. Eran de los monoblocks de Llavallol, pero estaban viviendo en lo del padre de él, con sus dos hijas de 10 y 4 años, adonde estaban construyendo.
Marino llevaba pocos meses viviendo con su novia en Sarandí. Era de Avellaneda, como sus papás, José Antonio (65) y Mirta Cortés (66), como su hermana Mayra (32). Con el aislamiento por la pandemia de COVID-19, varios de sus amigos empezaron a trabajar haciendo repartos. Él decidió sumarse y comenzó a hacer esta tarea para una empresa tercerizada que contrataba Mercado Libre.
Jonathan, el joven de 31 años que asistió a la víctima, había trabajado en la misma empresa que él. Fernando ya no hablaba, sólo movía la cabeza, asintiendo ante cada pregunta. «Es muy doloroso ver cómo estaba solito, con un tiro, viendo cómo se le iba la vida, como si la vida no valiera nada«, contó quebrado por el llanto, por la impotencia, tras el hecho.
A la pareja sospechosa llegaron tras identificarlos por las cámaras. La moto que usaron, una Yamaha MT03 azul y negra, sin patente, fue prendida fuego tras el homicidio. Según cuentan, García y un cómplice, apodado «El Polaco», salían a robar con ella. Tenía pedido de captura vigente desde diciembre de 2019.
Quién era la víctima
Fernando amaba las plantas. Tenía cientos en su casa. También solía rescatar a perros y gatos de la calle para encontrarles un hogar. Había terminado el secundario a los 25 años en la Escuela Secundaria de Jóvenes y Adultos de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) y planeaba estudiar en la universidad.
Cuando detuvieron a los motochorros, les encontraron una pistola calibre 9 Browning con la numeración suprimida (el arma homicida nunca apareció) y un casco gris que fue reconocido como el que solía usar García.
El acusado se negó a declarar ante el fiscal Gerardo Mohoraz (UFI N° 6 de Lomas de Zamora), quien estuvo a cargo de la investigación. Sólo dijo que no tenía celular, que se le había roto y que lo tiró. Sus allegados afirmaron lo contrario. Según su papá, le llegó a comentar que se le había «escapado el tiro».
Su esposa, «Yohy», sí aceptó la indagatoria. Aseguró que esa mañana había ido caminando a entregar una campera a la estación de trenes de Llavallol, ya que vendía ropa por Facebook. Y que después se volvió a su casa. Este testimonio fue corroborado por la compradora. Pero también la complican las cámaras de seguridad.
La pareja permanece detenida desde entonces. Pero se mantiene activa en las redes sociales. Allí él postea cosas de Independiente, el club del que son hinchas fanáticos, y también mensajes para el Día de los Enamorados.
«Feliz aniversario, amor de mi vida, ya ocho añitos y millones de cosas vividas juntos. Gracias por darme lo más preciado de mi vida que es mi hija, gracias por ser la gran mujer que sos. No dudes jamás de todo lo que te amo, flaquita, te amo mi amor«, le escribió García el 4 de mayo. Este martes volverán a estar juntos, pero en el banquillo de los acusados.