El Barça se resiste a pagar su parte a Dembélé en pleno conflicto

Ousmane Dembélé y sus agentes, nunca claros en sus intenciones, y los ejecutivos que firmaron su última renovación con el Barcelona están participando en un conflicto de incierto desenlace ante uno de aquellos problemas harto conocidos en el club azulgrana: la interpretación de cláusulas privadas que deja siempre vivo el margen a la vía judicial.

Desde la entidad barcelonista asumen que el futbolista debería fichar por el PSG antes del fin de semana, pero se resisten a que los 50 millones de euros de cláusula que el club parisino tendría que desembolsar para adquirir al futbolista tengan que ser repartidos de manera equitativa con el propio Dembélé.

La versión que se ofrece desde el Barcelona es coincidente con la del delantero francés en prácticamente todos los puntos, menos en la parte del reparto del dinero. Y ahí el enredo. Según la renovación que en su día negoció el director de fútbol, Mateu Alemany, en unos términos ahora más que discutibles, el futbolista tenía de plazo hasta el día 31 de julio para reclamar su salida a cambio de 50 millones de euros. Cuando el PSG remitió formalmente su petición de contratación antes de la conclusión de dicho plazo, el club parisino se aseguró una prórroga -en el Barça mantienen que es de cinco días- para formalizar la operación por esos 50 millones, sin que el precio de salida tuviera que doblarse hasta los 100 millones de euros.

Conflictivo reparto

Ahora bien, creen en el Barcelona, escudándose en las cláusulas confidenciales del acuerdo, que no todos los pasos formales se han cumplido con el futbolista, por lo que se resisten a que, de esos 50 millones de euros, tenga que satisfacer a Dembélé con 25. Es decir, si bien en el club azulgrana están obligados a tramitar el transfer del jugador a cambio de los 50 millones de euros siempre y cuando éste acabe aceptando la oferta parisina, de la directiva de Laporta depende repartir el dinero o exponerse a que sea un juez quien determine cuánto corresponde al futbolista.

De ahí que el Barcelona mantenga la esperanza de que el PSG, pese a las pésimas relaciones históricas con la entidad presidida por Al-Khelaïfi, acepte llegar a un acuerdo en el que las tres partes puedan obtener algún beneficio. Aunque, visto el asunto, quien menos exigido está en este negocio es el Paris Saint-Germain, con la garantía de que con los 50 millones de euros basta y que viene de cazar al portero Arnau Tenas a coste cero y después de que el Barça se desentendiera de su renovación.

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