El objetivo es una gran nube de polvo y gas conocida como la Nebulosa del Velo, que se cree tiene 20 veces el tamaño del Sol.
30 de octubre 2023, 11:42hs
La NASA acaba de lanzar un cohete con una sonda cuya misión es estudiar los remanentes de una supernova en la constelación del Cisne. El objetivo de esta iniciativa es explorar de cerca a la Nebulosa del Velo, una gran nube de polvo y gas, resultado de la explosión de una estrella hace unos 20.000 años, que aún está en expansión.
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La investigación tiene una relevancia fundamental para comprender el ciclo de vida de las estrellas y como los elementos pesados en el universo se forman y redistribuyen.
Nebulosa del Velo, el nuevo destino de la NASA
La sonda porta un instrumento de espectroscópica e imágenes que servirá para recabar datos de la supernova que, siguiendo a Engadget, ha sido largamente admirada en la mencionada constelación. La misma se encuentra a unos 2.600 años luz de distancia y se estima que tiene 20 veces el tamaño del Sol.
El instrumental de la NASA observó la Nebulosa del Velo durante apenas unos minutos, capturando luz en las longitudes de onda ultravioleta lejanas para iluminar los gases. Para llegar a su destino, se elevó a unos 240 kilómetros, para luego regresar a la Tierra en paracaídas.
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Siendo que las secuelas de la explosión de la estrella aún se están desarrollando —la nube sigue expandiéndose— aquel es un buen candidato para estudiar cómo las supernovas afectan la formación de nuevos sistemas estelares.
Al respecto, el investigador principal de la misión, Brian Fleming, notó que “las supernovas tienen un enorme impacto en cómo se forman las galaxias”. El experto agregó que el propósito de este trabajo es observar cómo la Nebulosa del Velo vierte energía en la Vía Láctea al captar la luz emitida justo cuando la onda expansiva choca contra el gas frío que flota alrededor.
“Con estas mediciones, las primeras en su tipo, comprenderemos mejor cómo estos elementos de la supernova se mezclan con el entorno que los rodea. Es un gran paso hacia la comprensión de cómo el material de las supernovas pasa a formar parte de planetas como la Tierra”, dijo por su parte Emily Witt, que dirigió el ensamblaje y las pruebas, y se encargará del análisis de datos.
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Una vez que la sonda esté de regreso y se hayan recopilado la información que recabó en el espacio, los investigadores planean realizar los ajustes necesarios en el instrumental para un nuevo lanzamiento. El proyecto es conocido como INFUSE, siglas en inglés de “Experimento de Espectroscopio Ultravioleta de Campo Integral”.