23.4 C
Buenos Aires
24 noviembre, 2024

Los primeros pasos en la programación y los desafíos en tiempos de la IA, revelados por un desarrollador

TN Tecno dialogó con Leonardo Russo, creador de aplicaciones que ayudan y entretienen. “Creo que los mejores programadores son los que tienen la voluntad e interés de compartir lo que aprendieron y la humildad de admitir que aún tienen mucho que aprender”, dice.

Uriel Bederman

11 de agosto 2024, 05:46hs

Russo es el desarrollador detrás de apps como Blind Communicator y Emulatrix. (Foto: Felix Padrosa)

Russo es el desarrollador detrás de apps como Blind Communicator y Emulatrix. (Foto: Felix Padrosa)

El tradicional deseo de padres y madres expresado en “mi hijo, el doctor”, sumó otras profesiones en los últimos años. Ahora, muchos aspiran a la programación que, básicamente, es la capacidad de crear y mejorar softwares. Además, durante mucho tiempo se ha señalado la alta demanda de especialistas en el área, que se contrarresta con la escasa oferta. Y más: los salarios son, en muchos casos, abultados. ¿Se mantienen esos encantos ahora que los avances en inteligencia artificial han venido a romper los paradigmas?

Leé también: El rol de los programadores en la transformación digital y su impacto en la sociedad

Para develar ese y otros interrogantes acerca del trabajo de los programadores, TN Tecno conversó con Leonardo Russo (39), cuyo recorrido en ese ámbito bien puede ser descripto como una historia de superación. Hace poco más de 15 años, comenzó a trabajar como empleado público en un puesto administrativo y en sus ratos libres profundizó sus conocimientos en desarrollo. Ahora, con varias e interesantes aplicaciones en el lomo, es un profesional exitoso cuyas herramientas no solo entretienen, también ayudan.

La historia de Leonardo Russo: de un empleo aburrido al sueño de programar

Entre las aplicaciones que desarrolló Russo, que vive en el barrio porteño de San Telmo, se destaca un programa que permite a usuarios ciegos usar dispositivos tecnológicos. También un ingenioso emulador de videojuegos retro. En esta conversación abordamos esos desarrollos, su recorrido profesional, además de consejos para los programadores que dan sus primeros pasos.

«Creo que lo más importante para un programador es mantener una mente abierta», dice Russo. (Foto: (Foto: Felix Padrosa)

– Sabemos que trabajabas como empleado público cuando te lanzaste a programar. ¿Cómo fue ese paso?

– A los 21 años empecé a trabajar en el Ministerio de Producción, en el sector automotriz. Tenía un trabajo como administrativo, pero después de realizar distintos cursos de programación en un instituto de capacitación del microcentro porteño, me dieron la oportunidad de comenzar a trabajar con bases de datos. El sueldo era el mismo, pero ya estaba trabajando en sistemas, que era lo que quería.

– ¿Recordás cuál fue tu primer desarrollo? ¿De qué se trataba?

– Mi primera aplicación la desarrollé en el año 2012. Se llamaba SAII, por “Sistema Auditivo de Integración Informática”. Permitía que personas con discapacidad pudieran utilizar computadoras de escritorio, que ofrecía una guía de voz y una interfaz gráfica simplificada que le permitía al usuario administrar archivos, editar textos, escuchar música y navegar por la Web.

– ¿Cómo surgió la idea para crear esa aplicación?

– En su momento, un amigo estaba trabajando como instructor de un instituto especializado en la capacitación de personas no videntes, y me contó que tenían dificultades tanto los alumnos como los profesores a la hora de utilizar una computadora con el software más popular para invidentes, conocido como NVDA. Analicé los lectores de pantalla, que guían y notifican al usuario sobre los cambios en el sistema, pero las alternativas disponibles en su momento, allá en el 2012, eran inestables y no interpretaban símbolos ni íconos.

Esto imposibilitaba la lectura, ofreciendo una plataforma de trabajo con un rendimiento errático y lecturas de pantalla parciales. A estas dificultades se le sumaba la metodología de uso que se implementaron en estos programas, la cual radica en la combinación de teclas para ejecutar funciones especiales. Por ese motivo creí que era una buena idea ofrecer un software para computadoras de escritorio que brindara una solución con una interfaz gráfica simplificada y una guía de voz que le indica al usuario su ubicación en la pantalla, las opciones disponibles y el resultado de cada acción.

Este software quedó nominado en INNOVAR 2012 como Concepto Innovador entre 2.000 productos y posteriormente recibí un reconocimiento como alumno destacado en la Universidad Argentina de la Empresa por el desarrollo de dicho software.

«Tener interés en aprender otras tecnologías distintas siempre es bueno, incluso aunque no se apliquen a nuestro trabajo actual», opina. (Foto: (Foto: Felix Padrosa)

– ¿De ese trabajó surgió la aplicación Blind Communicator?

– Así es. Basado en el concepto de SAII, que fue diseñado para computadoras de escritorio, tuve la idea de desarrollar una app que ofreciera la misma solución, pero para dispositivos móviles. De esa forma es que desarrollé y publiqué Blind Communicator, en el 2014. Permitía realizar llamadas, mandar mensajes de texto, escuchar música, manejar contactos, usar una grabadora de voz y navegar por la Web. Estuvo disponible en Play Store en nueve idiomas.

– ¿Qué pasó con la aplicación?

– 10 años después, los permisos que brinda Android como sistema operativo se van limitando cada vez más. No se permite que una sola app acceda a los contactos y a los registros de llamadas, maneje mensajes de texto, y realice o rechace llamadas. Ya no hay tanta flexibilidad en materia de permisos. Cuando esto comenzó a suceder años atrás, Google tomó la posición de otorgar algunas excepciones si la aplicación era de mensajería (como WhatsApp, por ejemplo) pero no para apps integrales para discapacitados. Por dicho motivo, hoy en día Blind Communicator solo se puede descargar a través de su repositorio de GitHub, siendo compatible con versiones de Android de antaño (Android 6.0 o inferior) que permitían a las apps tener todos los permisos necesarios para funcionar.

– Emulatrix es otro de tus “hits”. ¿Nos contás más sobre eso?

– Siempre me gustaron los juegos retro, y la idea de poder tener una Web para jugar a todo lo que yo quisiera. Fue así que diseñé esta aplicación, que permite jugar juegos retro directamente desde el navegador Web, sin necesidad de instalar softwares en la computadora, registrarse o ver publicidad. A los efectos de evitar reclamos de derechos de propiedad intelectual de empresas de diseño de videojuegos (Nintendo, Sega, entre otras), el usuario es el que sube el archivo del ROM (el juego) a Emulatrix y la Web detecta a qué consola pertenece, e inicia la emulación de dicha consola para dar comienzo al juego.

Emulatrix está disponible desde el 2018, y se distingue del resto de otros sitios de emulación al ser 100% legal debido a que no brinda contenidos con derecho de autor (los ROMs), no tener publicidad, brindar la posibilidad de subir y descargar los savegames, y tener compatibilidad móvil con dispositivos Android. Hoy en día hay incluso sitios Web de diferentes partes del mundo que utilizan clones de Emulatrix para brindar sus servicios de emulación de juegos.

Programar en la era de la inteligencia artificial

Russo reconoce el actual influjo de la inteligencia artificial, también en el trabajo de los desarrolladores, aunque no percibe a esos avances como desalentadores para la profesión.

“Al final del día, creo que los mejores programadores son los que tienen la voluntad e interés de compartir lo que aprendieron y la humildad de admitir que aún tienen mucho que aprender”, concluye. (Foto: (Foto: Felix Padrosa)

“Al final del día, creo que los mejores programadores son los que tienen la voluntad e interés de compartir lo que aprendieron y la humildad de admitir que aún tienen mucho que aprender”, concluye. (Foto: (Foto: Felix Padrosa)

– ¿Cuál es tu punto de vista respecto al protagonismo que ha conseguido la IA? ¿Suponen una amenaza para los programadores? ¿O acaso pueden ser una ayuda?

– Creo que todo lo relacionado a la inteligencia artificial tiene un gran potencial. Pero debido a que aún no se logró que una IA tenga una comprensión real de lo que se le está pidiendo, los resultados a la hora de crear contenido pueden ser erráticos, especialmente cuando hay detalles muy específicos en los requerimientos o prompts.

Por otro lado, que una IA siempre devuelva un resultado distinto al mismo prompt puede ser útil para la creación de contenido, pero genera incertidumbre si se le pide varias veces que analice datos concretos y en cada respuesta se obtienen evaluaciones similares (pero no iguales). Esto lo pude ver en servicios de IA que brindaban reportes de grandes bases de datos de venta.

Asimismo, la IA sí es útil para resumir textos, y en lo que respecta a programación, pude notar que es muy útil para migrar o “traducir” código de un lenguaje de programación a otro. De esta forma algo que a un programador le podría tomar dos días, la IA lo hace en dos minutos. Sin embargo, el resultado obtenido no siempre es el ideal y el código brindado por la IA por lo general debe ser ajustado o mejorado por el programador para que cumpla con un estándar de calidad.

De todas formas, el simple hecho de que le haya ahorrado al programador dos días de trabajo es algo asombroso, pero al final del día, no le quita el puesto de trabajo al programador porque la IA brindó algo que no era exactamente lo esperado o que no era lo suficientemente bueno.

¿Querés recibir más noticias de Tecno?

Suscribite acá- ¿Qué consejos darías a los que están interesados en programar y recién arrancan?

– Creo que lo más importante es mantener una mente abierta. Cuando aprendí a programar en Windows, yo tenía 15 años y lo que parecía el futuro en ese entonces era Visual Basic 6. Si me hubiese quedado con eso y con aprender bases de datos, mi destino hubiese sido muy distinto. No hubiese desarrollado apps móviles que obtuvieron la atención de los mejores periódicos del país, no hubiese diseñado una Web de emulación de videojuegos que tuvo difusión en Latinoamérica y Europa, y no estaría trabajando para empresas del exterior facturando en dólares.

Tener interés en aprender otras tecnologías distintas siempre es bueno, incluso aunque no se apliquen a nuestro trabajo actual. La idea de estar en una entrevista y poder decir “No tengo experiencia laboral con esta tecnología, pero sí tengo este proyecto personal que hice como experiencia comprobable de que sé utilizar dicha tecnología” puede ser el diferencial que permita al programador obtener un empleo nuevo y distinto.

Leé también: Tecnología, fintech y minería: los tres sectores que necesitarán contratar más empleados este año

“Al final del día, creo que los mejores programadores son los que tienen la voluntad e interés de compartir lo que aprendieron y la humildad de admitir que aún tienen mucho que aprender”, concluye Russo.

Últimas Noticias
NOTICIAS RELACIONADAS